Yucatán

Clases a distancia, reto para padres de familia y alumnos en Chumayel

Madres de familia y alumnos en Chumayel narran su experiencia sobre las clases a distancia implementadas por la contingencia sanitaria, hecho que cambió sus estilos de vida.
Foto: Carlos Ek Uc

La educación a distancia o virtual, que las escuelas han implementado en los últimos meses ante la contingencia sanitaria por el COVID-19, continúa siendo un verdadero reto y desafío para los padres de familia y alumnos de la comunidad.

Sin duda, la pandemia vino a cambiar las actividades y formas de vida de las familias; lo que antes solía ser cotidiano hoy no lo es, y con el cierre de las escuelas, las clases presenciales se cambiaron a las virtuales, por televisión u otras plataformas.

Dicha situación cobra mayor importancia en las comunidades donde los medios tecnológicos no están al alcance de todas las familias, que día con día hacen un esfuerzo por adaptarse a la Nueva Normalidad, de acuerdo a sus posibilidades.

“La modalidad a distancia ha sido algo complicado. Algunas familias no cuentan con Internet o una computadora y para ello, tienen que hacer recargas a su celular para revisar y enviar las tareas”, compartió Rosalía Avila Vázquez , madre de familia.

La mujer platicó de lo contrastante de la situación y cómo se la ha estado ingeniando para apoyar a sus hijos en las labores educativas durante esta pandemia, alternando las labores propias del hogar.

Rosalía Avila cuenta con dos hijos: José Antonio, de 18 años de edad, con discapacidad intelectual y quien pasó a primer grado de secundaria en el Centro de Atención Múltiple (CAM) de Tekit, y Jesús Alberto Cervantes Avila, de 13 años que ingresará al tercer grado de secundaria en Chumayel.

Desde meses pasados, la madre de familia habilitó en su hogar, un pequeño espacio donde colocó una mesa, sillas y material didáctico, para que sus hijos realicen sus tareas. Asimismo, elaboró un horario para la realización de actividades durante el día.

“Sí lo vimos difícil, batallé bastante porque no teníamos donde imprimir las tareas que se enviaban, ya que las tiendas están cerradas; además implica un gasto porque tienes que poner crédito a tu celular que dura unos días”.

“Les dije a mis hijos que no porque no vayan a la escuela, no van a entregar sus tareas, así que en lugar de imprimir, nos pusimos a copiar los trabajos y para las actividades, buscamos libros, revistas, periódicos y así lo hemos estado haciendo”.

Tras iniciar las clases a través de la televisión, la madre de familia se vio en la necesidad de grabarlo con su teléfono celular para luego revisarlo y apoyar a sus hijos en los temas abordados; “terminaba hirviendo mi celular porque grababa toda la clase”, externó sonriendo.

Precisó que en estos meses, las clases a distancia han sido desafiantes para los padres de familia, sobre todo para aquellos que tienen que apoyar a sus hijos y no lograron culminar su educación básica.

“Con las clases presenciales, si los alumnos no entendían algo lo preguntaban, pero ahora es complicado, ahora nos preguntan a nosotros y en ocasiones no sabemos o no comprendemos algunos temas; le preguntamos a la maestra, ella nos explica y luego nosotros se lo explicamos a nuestros hijos”.

Rosalía destacó que, además del aspecto económico, la nueva modalidad de las clases tiene un impacto en el estado emocional de los alumnos, ya que de un día para otro dejaron atrás la convivencia con sus compañeros de clases al suspenderse las clases presenciales.

“Extraño la escuela y la convivencia con mis amigos. Las clases ahora son un poco difícil”, compartió Jesús Alberto, de 13 años de edad.

Por su parte, la madre de familia Angela del Socorro Cano Chan, platicó también de cómo ha llevado las clases a distancia con sus hijos: María Fernanda que pasó a 4° de primaria y José Manuel Mugarte Cano que ingresará a primer grado de primaria.

“Ahora tenemos que tomar clases con los hijos, ver juntos las clases por tele para poderlos ayudar en la tarea que tienen que hacer; el detalle de ahora es que si el alumno no entiende, la mamá tiene que preguntar para que le pueda explicar”.

El ama de casa aseveró que no pensó que llegarían a depender tanto de la tecnología; sin embargo, añadió que el constante uso de la computadora incentiva la curiosidad del alumno para seguir explorando y aprender más.

“Ellos prefieren las clases virtuales porque van jugando y explorando, pero para las mamás es un poco complicado y eso que todavía nos toca seguir con las clases virtuales”, expuso Cano Chan.

En charla con los menores, indicaron que poco a poco se han ido adaptando a la tecnología, pero que también extrañan la escuela y la convivencia con sus compañeros, sobre todo ahora que no pueden salir por las medidas de prevención sanitaria.

“Extraño la escuela y a mis compañeros. Estábamos realizando un experimento en equipo pero no terminamos, así que el maestro dijo que el lunes lo terminaríamos, pero ya no regresamos a la escuela, ya no nos volvimos a ver por la enfermedad”, culminó María Fernanda.

Sin duda, la educación en los tiempos de coronavirus continúa siendo un gran desafío para los alumnos que ahora dependen de la tecnología, un medio al que no todos tiene acceso; así como un reto para los padres de familia que tienen que alternar el acompañamiento de su hijo en las tareas, con las labores en el hogar y trabajo.

Por Carlos Ek Uc