La pandemia por el COVID-19 no sólo ha modificado mucha de la movilidad, también ha afectado la celebración de las tradiciones en Yucatán, como la conmemoración del 210 aniversario del Grito de la Independencia, que este 2020 se vivió muy distinto en comparación a años anteriores.
La noche de ayer distintas colonias de Mérida registraron poco movimiento de personas festejando la efeméride. Reinaron las calles semivacías derivadas de las restricciones en la movilidad. Incluso se observó la falta de decoraciones alusivas a las fiestas patrias, situación que dio una perspectiva diferente a estas celebraciones.
Algunas familias que viven en Yucatán señalaron que extrañaron durante las últimas horas del 15 de septiembre y las primeras del 16 la convivencia con personas cercanas, amigos y familiares.
Pequeña celebración
La familia Góngora Manzanilla optó por una celebración más mesurada, mucho más sencilla en cuanto al número de personas que en años anteriores, señalaron que por un sentido de pertenencia y de identificación profunda como mexicanos y mexicanas no podían dejar de pasar desapercibida la fecha conmemorativa a la independencia de México.
“La familia en general contando tíos, primos y sus respectivas parejas seríamos poco más de 30 personas, pero por toda la situación decidimos hacerlo mucho más reducido, este grito lo celebraremos en casa siete personas”, explicó Mario Góngora Manzanilla, el mayor de tres hermanos.
Comentaron que sí extrañaron la reunión con la familia completa, pero este año se conformarán con las fotos que se comparten en los grupos de redes sociales. Eso sí, el tradicional menú, es decir, el pozole no pudo faltar.
Destacaron que, por toda la coyuntura por la pandemia, todas las restricciones esta fecha también sirvió “para salir de la rutina del encierro, sirve de cierta manera para relajarnos de todo lo que está pasando” indicó el joven Mario.
El padre de familia, Don Mario comentó que parte de la tradición es ver el grito que las autoridades dan desde sus respectivas sedes del ejecutivo, ya que para él es un asunto que cobra importancia por dar la identidad como mexicanos.
La señora Julia fue quien preparó la cena, dijo que estuvo a punto de cancelar la reunión porque no está acostumbrada hacer pequeñas cantidades de comida, este año tuvo que modificar las raciones, en vez de cocinar para 30, lo hizo para siete personas.
La hija más pequeña de la Familia, Ana Lía externó que además de la convivencia, la cena, las bebidas, parte de la tradición es vestir ropa o atuendos que tengan que ver con la fecha, es por eso que rebosos tricolores, camisas, blusas blancas y motivos muy mexicanos fueron parte de la ambientación, Mario su hermano mayor lució como José María Morelos y Pavón.
La familia compartió que suelen unirse a las celebraciones tradicionales en un ambiente cálido y fraterno, y en esta ocasión, aunque con menos integrantes, la situación no fue diferente, incluso el brindis para enmarcar el día no pudo faltar.
No todos comieron pozole
En Mérida no todos prepararon cena y celebración. Las restricciones como el toque de queda y las medidas sanitarias obligaron hacer algo más sencillo a la familia Ávalos Morales, quienes si bien también comentan tener un núcleo familiar extenso optaron por un rápido festejo.
“Hoy cenamos hamburguesas, estuvieron los vecinos como una hora y ya entraron a sus casas” comentó el señor Frank Ávalos.
Indicó que por la cantidad de familiares que tiene y por respetar las restricciones este Grito de Independencia lo pasaron más calmado, similar a la familia Góngora Manzanilla extrañan a sus familiares juntos, tal como aseguró la señora Heidy Morales.
La familia Ávalos Morales consideró que este año las celebraciones por las fiestas patrias se sintieron apagadas, como la mayoría de los vecinos esperan tiempos mejores y que el próximo año puedan festejar con seres queridos.
Por Guillermo Castillo