Personas de la tercera edad ya no tienen trabajo y sólo sobreviven de lo poco que puedan hacer, como hacer mandados o ayudar a la gente a llevar sus compras a sus vehículos.
En su juventud desempeñaron trabajos que ahora ya no pueden hacer, es por esto que se les puede observar en lugares públicos esperando la oportunidad de hacerse útiles y obtener algunos centavos.
Alfonzo Pomol Canché, de 72 años, dijo que en su juventud trabajó como albañil por muchos años, como ayudante en las construcciones que se hicieron en esta ciudad.
Después, por muchos años ayudó en una cafetería que estaba enfrente del Cinema Díaz con Antonio Pat como mandadero y como mesero. Cuando cerró este puesto se mudó al negocio de Adriano “El Gato” para vender revistas en el bazar municipal.
Se acostumbró con esta persona que, cuando ya no vendía revistas y se dedicaba a pedir limosna, él lo llevaba en su silla de ruedas, ya que “El Gato” era discapacitado pues no tenía movilidad en sus extremidades inferiores, entonces él lo ayudaba a estacionare en su lugar. Allí en el mercado se quitaban hasta las dos de la tarde; sin embargo, al morir este se quedó solo y sin nadie a quien ayudar y quien le ayude.
Alfonzo puede verse comúnmente en los mercados dispuesto a ayudar a alguien a llevar su compra a su carro, con lo que consigue para comer.
Así transcurre la vida de este adulto mayor, quien indicó que nunca se casó, razón por lo que vive solo recordando su vida y sus trabajos anteriores.
Manuel Vázquez Rivero