Los niños son un ejemplo de vida en las comunidades, especialmente en la zona turística, en donde se dedican a apoyar a sus papás en la venta de productos artesanales a los visitantes que llegan a Valladolid.
Ellos, a su corta edad, saben desenvolverse tanto en la lengua maya, español y algunos hasta en inglés para promocionar sus piezas artesanales y lograr que los turistas compren alguna durante su paso por esta comunidad.
En esta población, al tratarse de una zona turística, varias familias se dedicaban a las artesanías, tanto a su elaboración como su comercialización, actividad en la que se involucran hasta los menores aprendiendo del oficio familiar, así lo señaló Manuel Echeverría Núñez.
Sin embargo, a causa de la pandemia mundial por el COVID-19 que inició en el Estado de Yucatán a finales de febrero del año pasado, prácticamente la economía de Yucatán se paralizó, pues tras el decreto de la cuarentena total se cerraron todos los negocios, incluyendo la zona arqueológica de Chichén Itzá, lo que fue un duro golpe a la economía de los habitantes.
Por lo que decenas de familias se quedaron sin empleo en esta zona Oriente de la Entidad yucateca y al iniciar la nueva reactivación económica, los niños comenzaron a tomar espacios para promocionar los productos artesanales y así apoyar para el sustento familiar, aprovechando el paso de la gente en la avenida principal para ofrecerles sus piezas artesanales, tratando de explicar el significado de cada una de las gráficas, plasmadas en las maderas talladas en busca de convencer a sus posibles clientes.
Pero en todo momento, conscientes de la situación de salud que prevalece actualmente, los menores se encuentran respetando las medidas sanitarias implementadas por las autoridades de Salud para evitar un posible contagio por el coronavirus.