Siguiendo los protocolos de sanidad y con un aforo limitado, el presbítero Gabriel Burgos Sabido presidió dos celebraciones eucarísticas para despedir el 2020 y recibir con alegría y esperanza el Año Nuevo.
A diferencia de ediciones anteriores, donde la iglesia era abarrotada por cientos de feligreses, este año, la tradicional misa se limitó a un número de personas en cumplimiento con las disposiciones de salud para evitar la propagación del COVID-19.
Para despedir el 2020, un año de grandes eventos y desafíos que trajo consigo la pandemia que desencadenó la contingencia epidemiológica, el sacerdote celebró dos misas en diferentes horarios en la Iglesia de la Purísima Concepción.
“Este 2020 fue un año de tristezas, muertes y quizá un año que muchos quisiéramos olvidar, pero a pesar de todo eso, también nos trajo grandes aprendizajes y nos ayudó a reforzar la fe”, compartió el Pbro. Burgos Sabido.
Destacó que entre las grandes enseñanzas del año viejo, está el respeto al planeta que repercutió en la sana relación con el medio ambiente, así como en la unidad y humildad para ayudar al prójimo.
“Aprendimos a caminar juntos porque nos dimos cuenta de que solamente unidos podemos salir adelante; aprendimos a realizar una oración más sincera a Dios y esta pandemia nos ha enseñado como prepararnos”, refirió.
“Vamos a pedirle al Señor que nos brinde su bendición en este 2021 que comienza y que la Virgencita nos proteja con su amor maternal. Juntos saldremos adelante, le pedimos a Dios que nos cuide y ayude a ser caritativos”, culminó el sacerdote.
Las dos últimas misas del año, se efectuaron ante un número limitado de feligreses que movidos por su fe, acudieron al templo católico para escuchar el mensaje para iniciar un nuevo año lleno de esperanzas.