TICUL, Yucatán.- En medio del luto que se vive en el barrio La Mejorada por la explosión de un polvorín, los vecinos reconocen que a veces no se tienen los cuidados necesarios para tratar este material peligroso. El incidente ocurrió el pasado martes y causó la muerte de Carlos Brito y Teresa de Jesús Chab, de más de 60 años de edad, quienes eran conocidos artesanos de cohetes.
Por lo anterior, los que trabajan pirotecnia mantienen hermetismo para hablar de las víctimas y de este oficio, ya que en la zona hay varios talleres, la mayoría pertenecen a la misma familia de los fallecidos que llevan, incluso, generaciones como coheteros.
Uno de los vecinos, quien pidió permanecer en el anonimato, recordó que esta es la segunda ocasión que sufren las consecuencias por trabajar con pólvora. Recordó que hace 20 años la familia Brito sufrió un incendio en otra de sus propiedades y por eso se mudaron a La Mejorada, en la calle 17 por 34 y 36.
En esta ocasión, declaró que se trató de un almacenamiento indebido en cuanto a la cantidad y forma de mantener resguardados los cohetes, poniendo en riesgo incluso a los vecinos cercanos al predio donde se suscitó el estallido de la improvisada bodega, en la parte trasera de su casa. Y es que ellos ya tenían su bodega a unas calles de ahí, en la 13 por 34 y 36, la cual ya estaba llena porque estaban preparados para las altas ventas que demanda la temporada de gremios en el último trimestre del año.
Lamentó que haya sucedido esta tragedia a la familia Brito, quien tiene ya varias décadas dedicadas a proveer de “voladores” y juegos pirotécnicos en fiestas tradicionales de la región y todo tipo de eventos en las comunidades del sur del estado. La comercialización incluye a numerosos particulares, sobre todo durante las festividades de fin de año.
El entrevistado afirmó que principalmente en estas fechas cercanas a la Navidad y fin de año, son muchas más las familias que se atreven a comerciar con explosivos, incluso muchos de procedencia china, sin cumplir con todas las normas de seguridad, que el comercio de estos ameritan, ya que comúnmente en diciembre muchos lugares como calles y parques, se convierten en escenarios, que se abarrotan de niños y jóvenes que dan rienda suelta a la diversión estallando bombitas y todo tipo de juegos artificiales, sin que aparentemente se dé un control por parte de las autoridades correspondientes.
Protección Civil reforzará medidas
En relación a la reciente explosión, ayer el director de Protección Civil Municipal,Enrique Sosa Medina, señaló en entrevista que aplicarán, de ahora en adelante, un mayor control en el manejo y comercialización de estos productos quedando en espera de un llamado de la SEDENA para saber los protocolos a seguir.
Explicó que en el caso de esta familia no hay ningún permiso para el manejo de sustancias explosivas porque al ser resguardadas y manejadas en un predio particular limita la acción de las autoridades para su verificación por no estar facultadas para intervenir.
El funcionario, al igual que el vecino entrevistado, coincidió en que durante las festividades decembrinas, muchas personas comienzan a expender algunos productos pirotécnicos, etapa en la que intervienen más que nada para verificar que los que los expenden cuenten con extintores, agua, arena, entre otras disposiciones como la prohibición de la venta a menores de edad, entre otros. Ya que solamente existe una limitante en cuanto a los artefactos explosivos, pues las “lucecitas” y otros que no explotan no tienen una restricción en cuanto a su venta.
A raíz de la explosión se espera que se aplique un mayor control de ahora en adelante, respecto al manejo y comercialización de estos productos, quedando el departamento de protección civil municipal en espera de un llamado de la SEDENA, para saber los protocolos a seguir a partir de ahora.
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aarl