La deforestación que causan las granjas de cerdos, provoca enfermedades zoonóticas que pueden transmitirse de animales a seres humanos, ya que se invade y daña el ecosistema de especies silvestres nativas de la zona, quienes pueden fungir como vectores, informó Viridiana Lázaro Lembrino, bióloga, especialista en cambio climático e integrante de Greenpeace, quien además urgió regular la industria porcícola en el país.
“Al estar (la granja de cerdos) en medio de la selva y provocar deforestación, se invade el ecosistema de especies silvestres. Por lo tanto, no sólo afectan a la biodiversidad y el hábitat, también pueden causar enfermedades zoonóticas, poniendo en riesgo la salud del ser humano”, explicó durante su intervención en una ponencia “Clínica jurídica y técnica de las megagranjas de cerdos”, organizada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.
Indicó que otro de los problemas que genera la industria porcícolaen Yucatán, y en la península, es la emisión de gases de efecto invernadero, ya que del total de estos contaminantes que emanan de la producción de carne de cerdo, el 27.1 por ciento de dióxido de carbono se debe a la elaboración de alimento para animales, constituido por una mezcla de materias primas (vegetales, animales y/o minerales).
La especialista aseguró que el metano corresponde al 19.2 por ciento de los gases emitidos, el cual es producido por el estiércol, un gas causante del cambio climático.
“También aparece el cambio de uso de suelo, por la construcción de estas granjas porcícolas, que representa el 12.7 por ciento de las emisiones y principalmente se genera dióxido de carbono”, indicó.
En ese tenor, reiteró que el uso de fertilizantes y el estiércol también provocan óxido nitroso, otro gas de efecto invernadero.
“Entonces, las lagunas de purines (residuos de origen orgánico, como aguas residuales, restos de vegetales y excrementos sólidos o líquidos) que están principalmente a la intemperie, constantemente están liberando gases de efecto invernadero a la atmosfera, lo que empeora el cambio climático”, mencionó.
“El nitrógeno excretado por la orina se encuentra principalmente en forma de urea, pero con facilidad se transforma en amoníaco y después en dióxido de carbono. Entonces, todo esto está ocasionando que el cambio climático empeore y las granjas porcícolas y la industria ganadera son una de las principales causantes de estos impactos”, añadió la experta.
En ese tenor, Viridiana Lázaro indicó que se deben tomar medidas urgentes para ponerles fin a las granjas porcícolas industriales y principalmente a las que no están reguladas.
“Se debe buscar una transición del modelo agroindustrial, que incluye la producción de carne de cerdo en granjas industriales. También se debe realizar una ordenación rigurosa del territorio, especialmente en zonas de gran densidad ganadera, de manera que, por ningún motivo las autoridades permitan ocupar suelos de protección y conservación”, indicó la integrante de Greenpeace, quien remarcó que varias de los criaderos de ceros de la región están en zonas protegidas.
Por último, Lázaro Lembrino sugirió la creación de un sistema de monitoreo e inspección de calidad del agua, no solo en el momento en el que se construyen las granjas, sino que también se debe hacer “un análisis prospectivo, para ver cómo es que se va a impactar los cuerpos de agua y siempre recurrir al principio precautorio, que es algo que se debe asegurar”.
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CG