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“Toda mi vida he venido al cementerio, ahora vengo hasta por mi esposo, mis suegros, mi papá, mis abuelitos", compartió Andrea Pérez al visitar el Cementerio General de Mérida

Después de un 2020 con restricciones para visitar los panteones debido a la pandemia de COVID-19, que impidió a los meridanos acompañar normalmente las tumbas de sus muertos por los días de Todos los Santos y los Fieles Difuntos; ayer tuvieron la oportunidad de iniciar con el ritual de esta tradición, la más emblemática en México.

En víspera del Hanal Pixán, cientos de meridanos llegaron este domingo al Cementerio General de Mérida para visitar la última morada de quienes se adelantaron en el camino. En la entrada eran recibidos con la asistencia de personal para tener gel antibacterial en sus manos y la toma de temperatura, por lo que los empleados públicos pudieron contabilizar las entradas.

POR ESTO! estuvo presente como testigo de que se siguió el protocolo sanitario. En la mesa de recepción se informó que hasta las 12:00 horas habían ingresado 641 visitantes, que considerando la apertura se hizo a las 08:00 horas del domingo, la afluencia fue de 160 personas por hora. Al cierre de esta edición no se pudo acceder al conteo general, sin embargo se espera que sea más nutrido el de este lunes y martes.

Algunos de los visitantes del camposanto señalaron que les costó trabajo acceder a las tumbas, ya que abundaba la maleza entre los pasillos. Incluso, en el área de criptas había restos óseos expuestos a la intemperie, acusaron al ser entrevistados.

Durante el recorrido por el panteón, se observaron a unas cuantas personas limpiando las tumbas de sus seres queridos, en pequeños grupos. Por el ala Norte del panteón, se pudo ver, también, que en uno de los andadores había maleza y basura e incluso algunos visitantes se vieron obligados a retirar parte del monte para poder llegar hasta la tumba de sus difuntos.

La misma situación se encontró en la zona Oriente, incluso en la zona de criptas se notaba el descuido en el mantenimiento; algunas estaban abiertas. En una de éstas se pudo apreciar por uno de los espacios abiertos, que había un hueso y un cráneo, a la intemperie, así como una veladora a medio quemar.

Cerca de ese punto, en el área de las tumbas, también era notorio que una porción del zacate había sido quemado. “Estamos limpiando la tumba de mi bebé, mi hija. Generalmente venimos a hacer la limpieza cada año, cuando tenemos oportunidad”, contó una mujer, quien estaba acompañada por su esposo y sus dos hijos menores; realizando la labor.

Andrea Pérez quien ya salía del sitio, tras visitar la cripta donde tiene enterrado a sus abuelos, comentó que antes de la pandemia los visitaba más seguido para limpiar su última morada.

“Toda mi vida he venido al cementerio, ahora vengo hasta por mi esposo, mis suegros, mi papá, mis abuelitos, mi mamá. Ahorita con la pandemia, hace dos años que venimos, sino, era cada seis meses”, contó la mujer de avanzada edad, quien iba acompañada de sus familiares.

“ Venimos a limpiar, porque es inútil que nos digan que ya lo limpiaron (el cementerio). Los andadores están regular (de limpios), pero las entradas hacia las tumbas están terribles”, manifestó.

Como informamos oportunamente, el sábado hubo seis personas lesionadas por picadura de abeja, luego de que los insectos se alborotarán en el momento en que fue abierto uno de los osarios ubicado en la sección 41 del Cementerio General de Mérida. Ayer, durante el recorrido, se observó que esa zona seguía acordonada.

El Panteón General y los demás camposantos del municipio capitalino fueron abiertos desde el 30 de octubre y hasta el 2 de noviembre, tendrán un horario de 8:00 a 17:00 horas.

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JG

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