La iniciadora del movimiento de la cultura de responsabilidad sobre los animales y expresidenta del Movimiento Animalista en Tizimín, Doris Canul, expuso que el maltrato que recibió el toro que se presentó y fue arrastrado en el inicio del derrotero del Convite fue una total aberración, pues manifestó que en un acto de esta índole se está promoviendo que las generaciones futuras no tengan conciencia del sufrimiento animal.
Aportaciones del Historiador
Por su parte, el historiador de la Ciudad, Luis Pérez Salazar, en torno a la presencia de bovinos en festejos importantes realizados en el Centro de la Ciudad narró que por el año 1900 los toros que se traían a la casa de Don “Bicho” Castro, ubicada en la calle 49, entre 48 y 46, eran amarrados y arrastrados por los jinetes para ingresarlos a los tablados que se encontraban en el Parque Juárez, pues las personas al no haber otro medio de transporte en ese entonces los traían hasta dicho sitio caminando desde los ranchos de quien quería donarlos para torear y al ingresarlos a la plaza, de acuerdo al color del toro, les plasmaban la leyenda “Promesa de…” en rojo o blanco para identificar de quién era ese ejemplar.
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