Alrededor de 40 mil progreseños creyentes de la religión católica se quedarán por segundo año consecutivo sin sus tradicionales gremios guadalupanos, cuya festividad tiene cerca de 50 años que sólo se vieron interrumpidos por la pandemia por COVID-19 que entró al Estado en marzo del 2020.
Dicha festividad que inicia en la iglesia de la Purísima Concepción y San José del Centro porteño para emprender un derrotero conducido por la imagen de la Virgen de Guadalupe en un carro alegórico, y que finaliza en la capilla de la calle 31 por 100 mediante la algarabía del progreseño y la tradicional feria colocada enfrente del templo, tiene sus orígenes con Dalia del Socorro Pool Segura, sobreviviente de la familia porteña que empezó a organizar estas peculiares travesías alrededor de la década de los 50.
Con base en archivos del historiador y doctor Alberto Euán Kantún, se puede afirmar que los orígenes de las festividades dedicadas a la madre de los mexicanos y San Telmo tienen génesis a la par de la creación de la primera iglesia progreseña, fundada el 12 de octubre de 1874, posteriormente, los primeros gremios en Progreso, se llevarían a cabo a partir de 1891; en aquel tiempo, se celebraban incluso hasta peleas de gallos y concursos de carreras de caballos, conforme pasaron los siguientes dos siglos dichas fiestas fueron modificándose a como están ahora.
En cuanto a la peregrinación guadalupana, esta se efectuó desde diciembre de 1957, gracias a Hortensia Sampedro, quien solía ser vecina de la colonia Juan Montalvo, en el Poniente de la ciudad, donde está la capilla de Guadalupe, misma que hoy en día tiene sus estructuras vulnerables y ha propiciado incluso que las misas se celebren enfrente, en la cancha “Benito Juárez” todos los domingos en punto de las 9:00 horas.
La fundadora pasó en la década de los 70 la estafeta a Rosa Segura García, también avecindada en la misma colonia. Fue particularmente esta organizadora, quien no dejó pasar la oportunidad y calendarizó los gremios, comenzando el 1 de diciembre con los niños, prosiguiendo con diferentes sectores como taxistas, señoras de la tercera edad, pescadores, entre otros.
La culminación de los 12 días de actividad, es el día 12 con las mañanitas a cargo del mariachi en la capilla de Guadalupe y las constantes llegadas en el transcurso de la noche de múltiples antorchitas desde varias localidades del Estado y de la República.
Al fallecimiento de Segura García en el año 2012, el turno fue de su hija, la señora Dalia Pool Segura, con domicilio dentro del parque que se encuentra a un costado de la capilla de la Virgen de Guadalupe y quien, por estar en proceso de rehabilitación, debido a una operación exitosa, no pudo atender a este medio, pero sus familiares se encargaron de otorgar parte de la historia de estas peregrinaciones.
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CC