En medio de llantos, consternación, tristeza e impotencia, familiares y pobladores de la comisaría acompañaron y dieron el último adiós a Rosario Chan Cuxim, antorchista que falleció el pasado sábado en un trágico accidente, cuando el grupo guadalupano con el que viajaba fue impactado por una persona que conducía su vehículo en estado de ebriedad.
Cerca de las 8:30 horas, los compañeros antorchistas de la fallecida que no resultaron lesionados, a manera de homenaje se dirigieron a la salida de la comunidad para recibir su cuerpo y escoltar la carroza en un recorrido de su casa a la iglesia, simulando así el cumplimiento de su promesa.
En el homenaje estuvieron presentes sus hermanos y su madre, Paulina Cuxim Canul, de 77 años, quien apenas podía ponerse de pie al encontrarse devastada por la pérdida de su hija, pero insistió en caminar hasta la iglesia donde fue trasladado el ataúd para su despedida, hasta donde también llegó, el esposo de Rosario en una silla de ruedas para darle el último adiós junto con sus hijos.
Óscar García Castañeda tuvo que solicitar su alta voluntaria del hospital luego del accidente para poder acompañar a quien fuera su esposa durante más de 16 años.
Con lágrimas en los ojos, comentó que tienen dos hijos: Oscar U. G. C., de 16 años, y María G. G. C., de 13 años, ambos cursando la secundaria, que después de este trágico hecho quedarán bajo el cuidado de su familia en lo que él logra recuperarse de sus lesiones, pues tendrá que volver a ser ingresado, ya que se le informó que requería de una cirugía en el pie.
El cuerpo de Rosario fue entregado a su familia la noche del pasado domingo y fue trasladado a su vivienda, ubicada en una calle principal del poblado, donde era esperada por familiares, amigos, pues, de acuerdo con los lugareños, era una mujer muy querida y valorada por toda la comunidad.
Posterior a su arribo a la iglesia ayer por la mañana, partió el cortejo fúnebre con destino al cementerio municipal hasta donde la acompañaron un gran número de pobladores.
Tras ser ingresado el ataúd a la fosa, sus compañeros realizaron el último pase de lista en donde al decir su nombre gritaron todos al unísono “presente”, para después cubrir la caja con una manta de la Virgen de Guadalupe.
Pobladores que asistieron al sepelio alzaron la voz exigiendo justicia para esta familia y para todos los lesionados, pues indicaron que, de no hacerse justicia, bloquearán la entrada de la población y se manifestarán en las instalaciones de la Fiscalía para que esta tragedia no quede impune.
En entrevista en su hogar, Oscar García visiblemente consternado y afligido, relató lo que derivó la trágica noche del sábado.
Su grupo, conformado por 15 antorchistas, salió de Pocoboch el pasado viernes 10 de diciembre a las 15:00 horas para cumplir sus promesas con la Virgen, teniendo como destino el puerto de Progreso, pero en Izamal se les unieron más compañeros, formando un contingente de 22 personas con varias motocicletas, todas equipadas con luces y cintas reflectoras para que los automovilistas pudiera distinguirlos.
Comentó que, luego de cumplir con su manda, emprendieron su regreso, llegando el sábado por la noche al municipio de Calotmul, donde descansaron por unos minutos, pues estaban a pocos kilómetros de llegar a su comunidad donde eran esperados en la iglesia como todos los años para participar en las tradicionales “mañanitas”.
Al salir de Calotmul tomaron de nueva cuenta la carretera, no obstante el convoy se separó en dos grupos, quedando únicamente cuatro motocicletas rezagadas, entre ellas, la suya. Óscar aseguró que el Beat de color azul se encontraba estacionado a la salida de Calotmul, e incluso permitió que pasaran las motos, pero no sabían que minutos después ocurría la tragedia que le arrebataría la vida a Rosario y que dejó también gravemente lesionados a otras siete personas que fueron trasladados a hospitales de la ciudad de Mérida y Tizimín para su atención médica, incluyéndolo a él.
El hombre entre lágrimas pidió a las autoridades que hicieran justicia para que la muerte de Rosario no quede impune y que el responsable pague conforme a la ley, temen que el responsable del hecho pueda quedar en libertad tras salir del hospital donde fue ingresado en la ciudad de Valladolid.
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