En las últimas 48 horas un par de tortugas recalaron muertas en diferentes puntos de la costa progreseña, el primer ejemplar fue avistado por un grupo de pescadores quienes aseguraron se trata de un quelonio tipoCarey de más de 100 kilos, cuya vida la perdió en manos de depredadores. La otra tortuga recaló sin signos vitales a la playa de Chuburná en condiciones extrañas. Trabajadores de la Policía Ecológica se hicieron cargo del ejemplar, coordinándose con un grupo del Programa de Atención y Rehabilitación de Tortugas Marinas de la Costa de Yucatán (Partmacy) para estudios posteriores que den una razón de los hechos, al igual que ocurrió la semana pasada con cuatro delfines.
“Yo creo que hay pescadores furtivos en la costa, era jueves por la mañana cuando yo y mis compañeros de viaje vimos una tortuga enorme flotando ya muerta con signos de maltrato por la vía de la asfixia, llevo aproximadamente 40 años en este rubro y he visto depredadores que ahogan a estos animales con redes para obtener especies de escama”, aseguró Roberto Jiménez López, pescador ribereño que denunció ante este medio el suceso.
El hombre de mar deduce que el animal pudo haber arribado a la costa cercana a Cetmar, en el Poniente del municipio y ser secuestrada por la embarcación que la dejó a la deriva en el amanecer del jueves por razones aún desconocidas, aunque su declaración del entrevistado apunta que por el tonelaje del quelonio no pudo ser destazado en altamar como generalmente lo hacen para vender la carne en el mercado negro.
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El otro caso, se presentó en la madrugada del día de ayer cuando un parte ciudadano originó movilización de la Policía Ecológica en la playa de Chuburná, donde yacía una tortuga macho tipo Caguama sin vida, que medía 77 centímetros de ancho por 67 de ancho con 40 kilos de peso.
“Es raro que hay pasado esto, normalmente estas especies varan cuando se pelean con otro ejemplar o cuando son asesinados, como no había nada que hacer nos ordenaron sepultarla, esperando también que lleguen algún especialista para hacerle una necropsia, eso dependerá de las decisiones de las dependencias involucradas”, sostuvo Ángel Caamal Noh, trabajador.
Todos los quelonios marinos que se reproducen en México, están protegidos por la NOM-059-SEMARNAT-2010, donde figuran en la categoría “P”, es decir, en peligro de extinción, por ende, está prohibida su captura, así como su aprovechamiento y la extracción de sus huevos, inclusive para consumo humano y/o de supervivencia.
De acuerdo con el artículo 420 del Código Penal Federal, se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y multa que va de los 300 a los tres mil días de salario mínimo vigente, a quien ilícitamente recolecte o almacene los productos (como son los huevos) y subproductos de tortugas marinas, y se aplicará una pena adicional de tres años a nueve años de prisión y hasta mil días de multa adicionales a quienes realicen estas actividades en un área natural protegida.
En el caso de los delfines encontrados en la pasada jornada dominical, se realizaron las respectivas necropsias en dos de los ejemplares por parte de Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de Yucatán (PICMMY) de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Lo único que ha trascendido en el caso es que este tipo de situaciones podrían estar asociados con los recales de hasta 40 delfines en la isla de Holbox, la cual se denominada delfín tornillo de rostro largo (Stenella longirostris), la cual habita en el Golfo de México.
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CC