Cuatro delfines muertos recalaron a las costas entre Chelem y Chuburná, causando expectación entre especialistas, pues este fenómeno ha comenzado a presentarse en sitios como Holbox, donde el último bimestre del año, más de 20 ejemplares han sido vistos a la orilla de la playa.
Los delfines fueron sepultados por la Policía Ecológica, dependencia que dio parte a las autoridades federales y estatales correspondientes del hecho, una de ellas la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), la cual llegará al puerto con biólogos especialistas en especies marinas para practicarles la necropsia que arrojen posibles teorías sobre las causas de los decesos.
El primero de estos mamíferos fue encontrado a pocos metros del inicio de la comisaría de Chelem el sábado por la mañana, gracias al reporte ciudadano de un extranjero que, en medio de su rutina de ejercicios, vio a la especie agonizando; al arribar la brigada de la Policía Ecológica no pudo hacer nada, pues este ya había muerto; sin embargo, y de manera sorpresiva después de sepultar el cadáver del primer delfín, se avistó otro ejemplar a tan sólo 100 metros del mismo lugar.
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No obstante, ayer a las 15:00 horas en el área de Chelem conocida como “espolones”, ubicada a la rectitud de la calle 17, se halló un emplear más, esta ocasión se trató de un bufeo tipo Sotalia fluviatilis con dimensiones de dos metros de largo y 70 centímetros de ancho, con más de 40 kilos de peso que al igual que los otros, ameritó ser enterrada en el mismo lugar del hallazgo.
En medio del extraño fenómeno, en la misma jornada dominical, se presentó el mismo incidente, pero en la comisaría de Chuburná a las 18:00 horas, con un delfín también a punto de morir que no pudo ser devuelto a su hábitat de inmediato por lo que ameritó la intervención de los biólogos de la dependencia mencionada, pero murió presuntamente por una degeneración de su organismo tras una larga dolencia aún por causas desconocidas.
“La verdad es que se ha avisado a las autoridades que ejecutan este tipo de protocolos, nosotros solo nos encargamos de actuar en lo que nos corresponde; deben intervenir a los animales mañana, porque es muy extraño esto que está pasando, sólo habíamos registrado situaciones así a principios de año”, sostuvo el oficial en turno Ángel Caamal Noh junto con su pareja de trabajo Suemy Yolanda Madrazo Sánchez, ampliamente conocidos en el puerto por ser los héroes que sacaron del mar a un hombre que estuvo a punto de ahogarse en la playa del malecón.
A pesar del hermetismo que ha manejado la dependencia mencionada, se espera el arribo para antes del martes de los biólogos de la máxima casa de estudios del Estado para determinar la razón de las muertes de estos ejemplares marinos.
También se averiguó que, en caso de encontrar a un posible responsable de las muertes, la situación podría propiciar investigaciones a cargo de instituciones como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) o la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), pues se sabe que el Código Penal Federal, establece una pena de uno a nueve años de prisión y el equivalente de 300 a 3 mil días de salario mínimo como multa, a quien capture, dañe o prive de la vida a una especie protegida; el castigo también es aplicable para quien recolecte o almacene productos derivadas de estos ejemplares.
La última vez que se tuvieron múltiples recales de delfines y tortugas, fue en el primer trimestre de este año, cuando se avistaron por lo menos 15 ejemplares entre los meses de enero y marzo, justo semanas antes de la temporada de anidación de quelonios en la localidad.
En aquel entonces no se determinaron causas oficiales y se dedujo que las afectaciones eran causadas por embarcaciones pesqueras del litoral.
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CG