Jonathan Montoya, un joven que se propuso recorrer el mundo caminando, llegó a una de las Siete Maravillas del Mundo que se ubica en el Estado de Yucatán: La zona arqueológica de Chichén Itzá, ya que deseaba conocer las siete que existen en la república, además de que conoció gente amable en su trayecto.
El punto negativo de su llegada a dichos vestigio maya, fue que el Instituto de Antropología e Historia (INAH), le negara la entrada al sitio con la cámara de su celular o cualquier otro dispositivo de video, por lo que indicó a medios nacionales que fue una tristeza, pero que siente que cumplió con su recorrido tal como lo pensó.
Tras tomar la decisión de iniciar esta aventura, desde la Ciudad de México, iniciando su trayecto desde las pirámides de Teotihuacán, Jonathan salió el pasado 7 de julio, y su segunda parada fue la Península de Yucatán; así mismo, no detalló cuál sería su siguiente destino.
Su recorrido, que suma ya cerca de 150 días, le dejó ver en algunas comunidades del país, el miedo que ronda por la pandemia del COVID, pues narró que en algunas localidades le pedían que se fuera, como si él trajese el virus; acompañado de su mochila y unas botas recorrió la carretera federal Mérida-Valladolid.
También aprovechó para conocer cenotes en la zona, y tras aproximadamente seis horas de camino, llegó a Chichén Itzá, donde lamentó que el INAH no permitiese que tomara una foto de su paso por esta ciudad maya, y que no pudo documentar su llegada como lo tenía planeado.
'Veo que los demás turistas toman fotos con sus celulares, y a mi no me permitieron tomarme una sola, para tener la prueba de que llegué al lugar, y además tener testigo de mi viaje por las siente maravillas del mundo', declaró el joven a las afueras de la zona arqueológica.
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CG