Afrontar la pandemia no ha resultado sencillo para el sector salud, que tuvo que aprender sobre la marcha cada detalle del COVID-19.
En la Sociedad Médica García Ginerés, del Centro Médico Pensiones, afrontaron con dedicación y responsabilidad el reto de tratar la enfermedad. Se partió de un desconocimiento general, hasta lograr una especialización, que se refleja en más de 1,800 días de atención hospitalaria.
Roberto Mota, jefe de enfermería del área COVID, destacó el crecimiento y capacitación de su equipo, desde el primer día que tuvieron un paciente.
“La pandemia nos puso a prueba a todos en cuanto a capacidad y carácter”, señaló.
Recordó que en su centro médico se trató al primer paciente yucateco con COVID-19, una mujer que arribó de Canadá con la enfermedad. “Fue en el área naranja (Grupo Médico de Mérida)”, indicó. A ellos no les tocó tratarla, pero partir de ahí, comenzó una transformación para hacerle frente a la pandemia.
“Comenzamos con dos cuartos, con monitoreo las 24 horas”, señaló Mota, quien agregó que los pacientes eran canalizados al Hospital O’Horán cuando se agravaban, pues en ese momento les faltaba el equipo adecuado.
Ante la falta de recursos, la Sociedad Médica García Ginerés asumió su responsabilidad como centro de la salud.
“Nuestro director, el doctor Carlos Marrufo Olivares, enfatizó el factor humano y la importancia de ayudar a los enfermos”, apuntó.
Entonces, se realizó una fuerte inversión para adquirir monitores, ventiladores, generadores de oxígeno de alto flujo, entre otros aditamentos.
Y, sobre todo, aumentó el personal. “Creció en un 40% la plantilla de enfermeros”, indicó Mota. De los 169 elementos disponibles en la actualidad, 80 son exclusivos del área de COVID.
De esta manera, se logra una atención personalizada, con una enfermera por persona las 24 horas.
Asimismo, se cuentan con 11 habitaciones especiales, de las cuales dos son para terapia intensiva. Para ello, se adaptó el espacio que anteriormente era un cunero.
Con estas herramientas, en 2020 se recibieron a 150 pacientes de covid, que juntos sumaron 1,000 días de atención hospitalaria. En lo que va de 2021, han sido 70 las personas tratadas para unas 800 horas de atención.
Y entre esos pacientes hubo a los que se les tuvo que realizar procedimientos quirúrgicos, desde cesárea hasta una traqueostomía.
Actualmente, la Sociedad Médica García Ginerés solo tiene un paciente en sus instalaciones y pasaron tres semanas antes de que volviesen atender a un enfermo de COVID-19.
A los que se les dio el alta, o tuvieron síntomas leves, se les hace un seguimiento domiciliario. Los pacientes se clasifican en “sospechosos” y “no sospechosos”. Se les aplica una prueba de antígenos para confirmar o descartar la enfermedad. Para ello, se cuenta con un filtro sanitario en las inmediaciones del Centro Médico.
Es un panorama mucho más tranquilo que el de hace un año, con el pico más alto del COVID, en el que llegaron a tener a ocho personas ventiladas.
“Lo peor fue tener que decir ‘no’ y negar la atención ante la saturación”, comentó Mota, quien lleva cuatro años laborando en la Sociedad Médica García Ginerés.
Comenzó como personal operativo, luego paso a ser supervisor y le asignaron la jefatura de enfermería durante los cambios estructurales en pandemia.
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JG