Más de cien pasajeros que pretendían volar a Houston, Texas, a las 08:09 horas, en el vuelo 1427 de United, quedaron varados en el Aeropuerto Internacional de Mérida, hasta nuevo aviso.
Cuando todo parecía que las operaciones aéreas mañaneras estaban funcionando aparentemente normal, los pasajeros que se encontraban al interior de la nave recibieron la nada agradable noticia de que el vuelo estaba retrasado porque la puerta principal se encontraba averiada y no contaban con la refacción para repararla.
Al mismo tiempo, se les exhortó a descender de la aeronave y una empleada los condujo hasta el mostrador de la compañía aérea para continuar con los trámites correspondientes toda vez que 80 por ciento de los usuarios tenían diferentes conexiones unos a Los Ángeles, California, otros a Miami, Dallas, Texas, Oregón, etc., a quienes se les ofreció reprogramar sus respectivos enlaces porque no sabían cuánto se tardarían en reparar la falla técnica.
Se les aclaró que el vuelo no estaba cancelado y para evitar que permanecieran en el interior de la aeronave los invitaban a esperar en el lobby de la terminal aérea, en espera de más instrucciones.
Varios de los pasajeros, entre ellos el Ing. Carlos Sauri Duch exrector de la Universidad Modelo y varios integrantes de su familia, comentó que Dios sabe por qué hace las cosas y resignado aceptó que era preferible quedarse en tierra y no arriesgar tantas vidas, además de que sus vacaciones podían esperar.
Sin embargo, otras personas mayores de edad como Josefina Ruiz que regresaba a Los Ángeles California, después de visitar a sus familiares en esta ciudad, mostró gran preocupación porque ya la estaban esperando en esa ciudad y no tenía manera de comunicarse para avisarles que el vuelo estaba retrasado y que había la posibilidad de que sea cancelado o si saldría más tarde o el viernes por la mañana, porque los empleados de la línea aérea, no sabían a qué hora llegaría la pieza que estaba en mal estado para reparar la puerta que no sellaba bien,
Roxana North, dijo que tiene problemas de hipertensión y nadie le había ofrecido una silla de ruedas, servicio que recibió minutos después y ya más calmada comentó que ojalá y el vuelo no sea cancelado pues no tenía donde quedarse en Mérida y sus familiares la estaban esperando en Miami.
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JG