Tras lo acontecido este fin de semana en donde la zona arqueológica de Chichén Itzá registró una alta presencia de turistas, quienes no seguían los protocolos sanitarios, fue cuestionado el director del sitio arqueológico, Marcos Santos Ramírez, puesto que esta acción representa un riesgo sanitario en el espacio turístico, ya que no se respetan los protocolos que eviten el contagio de COVID-19.
Ante esto, el del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) prácticamente se “lavó las manos”, pues dijo que la responsabilidad es de la gente que incumple y enfatizó que: “no puedo poner un policía para cada uno, ni llenar el lugar con mil letreros”.
El arqueólogo Marcos Santos Ramírez, responsable de la zona arqueológica por parte del INAH, consideró que la dependencia sí ha llevado a cabo todos los protocolos establecidos, pero que si no se cumplen ya es responsabilidad de cada ciudadano.
Dijo que en el acceso hay puntos de control para verificar el uso del cubrebocas, así como señalética y medición de temperatura, aplicación de gel y otros, pero que cada persona debe ser responsable.
“No tengo un policía para cada uno. Muchas veces la gente no quiere usar el cubrebocas. Se le hace el exhorto, pero se lo colocan y al poco tiempo se lo vuelven a quitar. Tampoco puedo llenar de mil letreros. Creo que es una situación de corresponsabilidad del ciudadano. Te repito, no puedo poner a un policía por cada persona, es de educación ciudadana y el que no se entienda no es un problema solo del país, sino del mundo”, dijo.
Aseguró que el INAH, en este caso, ha gastado una gran cantidad de recursos en implementar los protocolos sanitarios debidos, pero insistió en que el ciudadano debe hacer lo propio.
“La otra es que estén cerrados los sitios arqueológicos, pero eso no va a pasar”, comentó. Sobre la falta de personal, dijo que es un tema de “apreciación” y que también hay personas que son grupo vulnerable que no pueden estar laborando, pero no es un tema de ahorita sino desde que empezó la pandemia.
Dijo que un domingo a Chichén Itzá sí han entrado más de 3 mil personas, pero nunca juntas, porque esa es la cifra límite de ingreso. Por tanto, cuando se está cerca de ella, se bloquea el acceso.
SY