En Paseo de Montejo, se observó que en dos cuadras se cometieron errores en las medidas de las obras y hubo necesidad de quitar lo que ya se había construido para hacerlo de nueva cuenta.
Trabajadores que se encontraban en la zona declararon entre risas para el periódico POR ESTO!, que estaban quitando una de las jardineras que ya habían colocado porque los ingenieros hicieron mal los cálculos y las mismas se colocaron con 20 centímetros hacia la calle invadiendo el carril de automóviles. Esto sucedió entre el cruce de las calles 45 y 43.
“Por nosotros mejor, tenemos trabajo”, expresó uno de ellos.
Del mismo modo, entre la calle 29 y 31 se pudo presenciar a otro grupo de trabajadores destruyendo el camellón previamente construido; mismo que dijeron, iban a reparar porque ellos se confundieron y tenían que solucionar el error.
Las glorietas de todo el tramo de Paseo de Montejo se mantuvieron tranquilas gracias a los semáforos; sin embargo, la rotonda que se mostró complicada fue la de Justo Sierra, ya que los automovilistas doblan a la derecha a gran velocidad sin fijarse. Esto se observó en ambos sentidos.
Este tramo también es complicado, ya que los autos se ven en la necesidad de pararse sobre la ciclovía para ver si viene algún otro carro o pueden salir. Impiden el paso de las bicicletas o, en caso de no detenerse, pierden por completo la visibilidad en la salida.
Se necesita empatía
Para que la ciudadanía esté lista para recibir a las ciclovías “lo que se necesita es empatía”, aseguró el representante de CicloTurixes, Everardo Flores, quien apuntó que la mortalidad por accidentes viales se reducirá notablemente.
“Yo creo que sí estamos preparados totalmente, son cosas que tienen que pasar”, dijo Flores.
Recordó que, al haber rebasado el millón de habitantes en la ciudad, es necesario generar transformaciones y adaptarse a ellas.
Aseguró que las ciclovías son una transformación positiva, ya que no se desea una ciudad abarrotada de automóviles y la mejor manera de evitarlo es limitarles el espacio a los vehículos.
Indicó que es una realidad que requiere acompañarse de una gestión adecuada del transporte público, lo que aún es un tema pendiente en la ciudad; pero las ciclovías son un bien fundamental, ya que no solamente benefician a los que se conducen en las bicis.
Abundó que la tasa de mortalidad por hechos viales es muy alta en Yucatán, siendo que cada año fallecen al menos 40 ciclistas, por lo que las ciclovías no son una moda pasajera, sino que se habla de vidas.
A pesar de ello, indicó que podría incrementar la incidencia de los accidentes, pero se espera que se disminuya progresivamente.
“La velocidad mata”, declaró.
SY