Al experimentar un crecimiento acelerado y desmesurado de construcciones, Yucatán actualmente está atravesando un periodo de“estrés hídrico”, compartió la representante de Puerto Morelos Sustentable y Asamblea Socio Ambiental Peninsular, Lupita Velázquez, quien explicó que el principal problema se deriva de la “corrupción del uso de suelo”, por lo cual, desde su perspectiva, urge la aprobación de la Ley General de Aguas.
El “estrés hídrico” ocurre cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado; o cuando se ve restringido por su baja calidad.
“Esta problemática superficial (la sobreexplotación del suelo) permea como estrés hídrico y deja en evidencia la vulnerabilidad que tiene la Península de Yucatán”, comentó la especialista.
Abundó que la actual Ley no contiene ningún tratado en particular que hable sobre el suelo cárstico, como el que caracteriza a la Península y al estado, especialmente en su zona Norte que se compone de depósitos marinos y un mineral que contiene arbonato de calcio.
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Explicó que dicha superficie ocupa un estimado del siete por ciento del territorio nacional. Asimismo, detalló que la zona tiene bajo relieve y alta infiltración, por lo que no se forman ríos (excepto en la parte Sur).
Precisamente, debido a las características de la Península, es que se depende del agua del subsuelo y, aunque el manto freático se encuentra muy cerca de la superficie, la problemática se presenta, ya que no existe ningún sustrato que detenga la infiltración de contaminantes.
“Esto promueve que haya ductos de disolución altamente permeables, los que tienen la capacidad de transportar contaminantes en el orden de kilómetros por día, pues se desplazan a una velocidad altísima”, señaló.
Comentó que, además, al estar rodeados por mar, se cuenta con una cuña de agua salina que complica la situación en zonas con alta densidad de pozos o en donde se sobreexplota el acuífero. “También es sensible a los lixiviados de los basureros”, señaló la activista.
Por su parte, Sergio Oceransky (The Yansa Group), aseguró que la Ley General de Aguas, a pesar de toda la problemática explicada por Lupita Velázquez, no ha sido aprobada debido a intereses, como haber convertido al vital líquido en una mercancía.
Indicó que se tienen mecanismos muy débiles contra la contaminación y, de igual forma, se presenta la sobreexplotación del agua en distintas partes del país, e incluso en la Península de Yucatán.
Puntualizó que las tres propuestas elaboradas para el cambio de legislación se basan en un enfoque de derechos “y no de mercado como la Ley actual”.
“Considerando que el mismo lugar de donde extraemos agua para beber y para satisfacer todas nuestras necesidades domésticas, es el mismo a donde vaciamos nuestras aguas sucias y contaminadas. Exigimos que se legisle, que expidan los reglamentos y normas para que dejen de aprobarse proyectos altamente contaminantes del acuífero”, comunicaron la Asamblea Socioambiental Peninsular, el Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán y el Movimiento Agua para Todos, Agua para la vida.
Asimismo, solicitaron que se considere a la Península de Yucatán como “Territorio de Reserva Especialmente Sensible a la Contaminación y Extracción del Agua”, por lo que enfatizaron la necesidad de considerar el tipo de suelo, pero también evitar la promoción de industrias altamente contaminantes.
SY