Ante la crisis que vive el negocio del Table Dance, el cual se encuentra en “terapia intensiva” por la pandemia, la diversión para adultos tuvo que buscar otras formas de sobrevivir debido a que, por las restricciones sanitarias por el coronavirus no están operando los cabarets y centros nocturnos como tal.
En un principio, comenzó con las transmisiones de los espectáculos a través de plataformas digitales vía streaming un conocido centro nocturno ubicado en Kanasín, sobre la carretera Mérida-Cancún, el cual vendía las membresías para poder acceder a los espectáculos nudistas; sin embargo, no tuvo la aceptación esperada por lo cual se tuvo que suspender.
Martín C.D, uno de los administradores del Club, indicó que en una buena noche vendían 200 membresías, sin embargo, lo que se obtenía era insuficiente para cubrir el salario de las bailarinas que participaban en el espectáculo, cuyo costo por cada una oscilaba entre los 600 y mil pesos por jornada.
“Con lo que se obtenía apenas se cubría el costo de cinco bailarinas, se tenía que cubrir el costo de casi la mitad de las participantes, lo que significó -dijo- una pérdida para la empresa, por lo cual se tuvo que suspender”.
En la actualidad los espectáculos del Table en Mérida se realizan de manera en la modalidad de servicios a domicilio. Es decir, los shows nudistas se realizan en moteles, casas particulares, donde grupos de personas organizan sus fiestas y piden los espectáculos.
Estos espectáculos se contratan vía redes sociales o por medio de teléfonos de servicios de compañía conocidos como Escort.
Un espectáculo de una hora cuesta entre los tres a cinco mil pesos el cual incluye dos bailarinas, así como la escenificación del lugar con música, luces y humo.
Sofía, una de las mujeres que trabaja en el Table Dance, en entrevista exclusiva con este periódico indicó que tiene cinco años en el negocio de entretenimiento para adultos, es originaria de Monterrey y llegó a finales del 2019, es decir, meses antes de la pandemia. Indicó que laboró en diversos centros nocturnos de Mérida y Kanasín.
La muchacha, de 23 años de edad, indicó que sus mayores pedidos son las despedidas de soltero, principalmente en el poniente y norte de la ciudad, así como en el puerto de Progreso.
Explicó que ofrecen espectáculos de la misma altura a los que se presentaban en los centros nocturnos, así como bailes privados, pero con la diferencia que es mínimo el contacto físico que tienen con los clientes, para evitar posible contagio de coronavirus.
La entrevistada, cuya plática se dio en un café de la ciudad de Mérida, explicó que los fines de semana ofrecen entre tres y cuatro espectáculos al día.
Sin embargo, reconoció que a pesar de que han buscado la manera de subsistir no es igual trabajar en esa modalidad que hacerlo en las instalaciones de un centro nocturno.
“Aquí trabajan con nosotros los djs-animadores de los centros, pero los meseros, vigilantes, cocineros, entre otros, se quedaron al aire libre”, indicó la entrevistada.
“Ojalá y pronto podamos trabajar de nuevo”, dijo.
Al igual, en diversos puntos de Mérida, bares realizaron las adecuaciones para presentar pequeños espectáculos de Table, sin embargo, no se presentan shows nudistas, ya que en caso de ser descubiertos corren el riesgo de que las autoridades les cierren el establecimiento.
SY