Los efectos de la pandemia del COVID-19 son visibles en la economía de Yucatán: su recuperación es baja. De acuerdo con el Índice de Recuperación Económica Estatal (IREE) correspondiente al cuarto trimestre de 2020, la restauración de la economía yucateca es del 89 por ciento, con lo que se coloca en el promedio nacional en el sitio 20 de la tabla; la correspondencia de su categoría es “baja”.
Por encima de Yucatán están 15 estados más con las clasificaciones de “alta” y “media”. Estar en el último escalafón representa deambular “cerca del nivel de actividad económica pre-COVID, pero muy por debajo del crecimiento esperado”, precisa el informe.
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El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) elaboró el micrositio #MapeandoLaRecuperación, Indicador de Recuperación Económica Estatal (IREE), una herramienta que mide el impacto y la velocidad de reactivación de los estados, luego de los efectos en la economía derivados del confinamiento al que se sometió la población para evitar la propagación del coronavirus.
La recuperación económica de Yucatán se ha mantenido estancada en el último semestre del 2020, de acuerdo con el IREE.
En el tercer trimestre del año anterior, creció un 89 por ciento, tres puntos porcentuales por encima del promedio nacional, pero fue insuficiente para remontarse a la categoría “media” y quedó en la posición 20 de 32 sitios a nivel nacional.
Con esto se aleja de los estados que avanzan hacia la restauración de su economía y el crecimiento sostenido a largo plazo.
Para el IMCO, las economías estatales dependen del desempeño de cinco sectores económicos globales: servicios de apuestas, servicios de subcontratación, bienes de lujo, servicios educativos y de capacitación, y sector cervecero.
Por lo que alerta que las crisis pueden convertirse en oportunidades si se cuenta con una alta capacidad de adaptación y flexibilidad.
Para tener una recuperación económica acelerada, propone “diversificar la economía hacia los sectores de mayor crecimiento, como aquellos orientados al exterior que agregan valor a lo que producen mediante el conocimiento, ayudan a sobrellevar mucho mejor la crisis”.
Así, también recomienda revisar y redefinir la estructura económica de los estados, al usar las herramientas de subsidios para orientar así los cambios de actividades económicas.
Y abandonar la idea de vocaciones productivas, debido a que está estancada en el pasado y ahora se requiere visión de futuro en los sectores con potencial, encontrar ventajas comparativas y convertirlas en competitivas.
SY