Bajo el “supuesto” argumento de que está recibiendo un doble cobro por parte del Programa de Producción para el Bienestar, Guadalupe Camacho Pérez, de 77 años de edad, ha dejado de recibir en lo que va del año el apoyo federal que le brinda calidad de vida.
“Creo sinceramente que por alguna razón que desconozco, no me quieren dar ese beneficio que me corresponde por ser adulta mayor. Si eso fuera verdad, lo que ellos dicen, usted cree que serían muy tontos y no darse cuenta a través de su sistema donde tienen todo el control de nosotros, que su servidora está cobrando doble, claro que no es así”, aclaró.
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Señaló que la Secretaría de Bienestar de la entidad, encargada de resolver todas las cuestiones que tienen que ver con los programas federales de adultos mayores, no ha brindado una solución exacta a su problema, debido a que ya en un par de ocasiones le han dado la vuelta.
A decir de la afectada, quien vive actualmente en la calle 29, por 24 y 26 No. 234 de la colonia Miguel Alemán, el personal de dicha dependencia se justifica señalando que el sistema en ese momento se les cayó y, por lo tanto, no la pueden atender, o bien actuando de manera indiferente o prepotente.
Con cierta tristeza y melancolía en su rostro, dejó ver que esto anteriormente nunca le había sucedido, porque siempre los apoyos federales habían llegado en tiempo y forma, y ahora, lamentó que su voz no sea escuchada, tan es así que tuvo que tocar puertas en instancias nacionales, dado que necesita con urgencia los más de cinco mil pesos que ha dejado de recibir, para poder mantener su deteriorada salud.
Y es que Guadalupe Camacho cuenta con cinco cirugías que entre los años del 2015 a 2017 se las han realizado sin tener el éxito que ella esperaba, debido a ello, sufre hasta el día de hoy, de intensos dolores en toda la espalda y la columna vertebral.
Por su parte, su esposo Jesús Candelario Mendoza, de 71 años de edad, dijo que él tiene una pensión reducida de cuatro mil pesos al mes por parte del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y que la tiene inscrita en esa institución para que reciba el servicio, pero por temor a la situación actual que se vive con la pandemia muy poco asisten y cuando lo hacen, de las cuatro recetas que le dan a su esposa para que continúe con su tratamiento, solamente le surten dos, por el desabasto que existe en el hospital y comprarlos les generaría un gasto de mil pesos.
Los quejosos manifestaron que buscarán personalmente al coordinador estatal de los Programas de Desarrollo del Estado de Yucatán, Joaquín Jesús Díaz Mena, para solicitarle que instruya la orden para que sean liberados esos pagos, porque a decir de otros afectados que han tenido el mismo problema, esto les ha funcionado.
SY