Yucatán

Doña Mechita, la abuelita que se subió a un árbol de caimitos en Tizimín

A sus 88 años, Demetria Euán, demostró en un video su agilidad y alegría de vivir para trepar árboles
Demetria Euán dijo que su secreto es colgarse de los bejucos y apoyarse en los escalones / Raquel Margarita Huerta

Su destreza de subir los árboles y un video que subió uno de sus nietos a las redes sociales la han convertido ya en toda una celebridad en el Internet, nos referimos a Demetria Euán, mejor conocida como “Doña Mechita”, que a sus 88 años de edad demuestra todos los días su agilidad y alegría de vivir.

“Doña Mechita” es originaria de Valladolid, sin embargo, al casarse con Julián Sánchez decidieron ir a vivir a Tizimín, para tener un hogar y aquí procrearon ocho hijas. Actualmente la octogenaria vive en la calle 37 entre 60 y 58 de la colonia Santa María, donde las hijas se hacen cargo de ella.

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Sin importarle su edad y el riesgo que esto podría tener para ella, Demetria se trepa con facilidad a los árboles, tal como la captó la lente del POR ESTO! ayer por la mañana, cuando subió con destreza al árbol de caimito de aproximadamente cuatro metros, para bajar el fruto y degustarlo junto con su hija Verónica Sánchez.

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Muy alegre, carismática y divertida, la abuelita platicó que “subirse en los árboles es muy fácil para ella, que para hacerlo se cuelga de los bejucos y se apoya de una madera que tiene para pisarlas hasta llegar al techo”, y de esta manera bajar los caimitos con una horqueta.

Su hija, Verónica Sánchez Euán, quien vive en Cancún, pero alterna con su hermana para darle el cuidado y atención durante un mes, ya que “Doña Mechita” se perdió por un día y la Policía Municipal la localizó en la placita de toros.

Ella dijo que su madre es muy valiente al subirse a los árboles, sin tener miedo, que a pesar de que se le diga que no lo haga, es algo terca y se sube, pero tiene la habilidad de hacerlo, debido a que ella desde muy joven fue chiclera y se ponía botas que tienen púas para poder sacar el chicle de la mata de zapote, y ahora, a pesar de su edad, sigue haciendo trabajos pesados, “gracias a Dios mi madre no tiene ninguna enfermedad, escucha y ve perfectamente, y a pesar de no tener ningún diente come cualquier alimento”.

Comentó que “todos los días acostumbra desayunar su leche con chocomilk, en sus tiempos libres se dedica a sembrar o a bordar sus servilletas”.

Personas como “Mechita” están desapareciendo con sus creencias antiguas o ancestrales, que transmiten sus conocimientos e historias a sus hijas, nietos, de cómo fue su vida en su niñez, juventud, y ya casada, de cómo trabajó por más de 30 años como chiclera en diversos lugares.

La abuelita hace más de diez años, antes de enviudar, recibió un aguinaldo de diez mil pesos por todos los años en que estuvo trabajando de chiclera.

También señaló que ha realizado trabajos de campo, como jornalera y que pese a su edad aún le quedan fuerzas para seguir trabajando.

SY