En un ambiente de alegría y devoción, familias y jaraneros del municipio celebraron desde sus hogares una significativa vaquería para recordar el inicio de la tradicionalfiesta de Chumayel, que se vio suspendida por segundo año consecutivo por la pandemia del COVID-19.
La noche regional de la comunidad, efectuada anualmente cada 28 de abril, es una de las más representativas de la Entidad yucateca, misma que año con año reunía a cientos de personas en la “Capital de los Jaraneros”.
A pesar de la pandemia que ha golpeado al Estado, las familias de la comunidad hicieron a un lado la tristeza y nostalgia para dar paso al ambiente de algarabía y fiesta que distingue a los lugareños en las fechas de festividad en honor al Santo Cristo de la Transfiguración, “Señor de Chumayel”.
Con ello, la noche del miércoles, los lugareños desde sus hogares y en familia celebraron de forma simbólica la magna velada regional que se suspendió para este 2021. Varios de ellos elaboraron significativos altares al venerado y adornaron sus predios con los tradicionales y coloridos “pasa calles”.
Chicos y grandes desempolvaron sus elegantes trajes regionales para disfrutar de la fiesta al ritmo de las alegres jaranas que fueron ejecutadas en los respectivos predios, en honor al venerado Cristo de la Transfiguración.
Al filo de la medianoche, el tronar de los voladores y despliegue de pirotecnia retumbaron en la población e iluminaron el firmamento, avivando el ambiente de fiesta en la comunidad, al que se unieron los lugareños desde sus hogares.
Esa noche, los chumayelenses compartieron fotografías y efectuaron transmisiones de la celebración de una forma diferente, pero con la misma fe. Destacaron las gráficas en familia con el traje regional y el altar a la venerada imagen.
Para revivir la tan esperada noche regional, algunos lugareños contrataron una orquesta para amenizar la noche, como la familia Mis-Tuz, en cuyo hogar retumbaron las jaranas ejecutadas por la agrupación “Noh-Beh”.
Por su parte, la familia Chavarría-Rodríguez, con la ayuda de unas bocinas, hizo eco de las estampas regionales que fueron ejecutadas por un grupo de jaraneros de Tekit que llegó al municipio como promesa al Cristo de la Transfiguración.
Asimismo, la distancia no fue impedimento para que decenas de jaraneros y fieles devotos al Señor de Chumayel, desde sus localidades, mostraran su afecto a la comunidad, uniéndose a la vaquería en casa.
Esa noche, los lugareños y visitantes recordaron con alegría y nostalgia en sus corazones la grandiosa vaquería; decenas de personas desde el lugar en donde se encontraban dieron muestra de su amor a Chumayel, viviendo las tradiciones.
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