En el marco de un ambiente de júbilo y alegría religiosa, el presbítero René Ek Yah, de 27 años y oriundo de esta comisaría de Maní, presidió su primera misa tras ser ordenado como sacerdote.
La solemne celebración se llevó a cabo siguiendo los protocolos de sanidad en el campo ubicado a un costado de la iglesia de Santa María Magdalena, con la presencia de la grey católica de Tipikal, Maní y Dzan, que conforman la parroquia de San Miguel Arcángel.
En compañía de sus padres, Filiberto Ek Góngora y Tomasa Yah Puc, el nuevo sacerdote de la Arquidiócesis de Yucatán salió de su hogar al compás de las alegres melodías de una charanga, que lo flanqueó hasta las inmediaciones del templo católico.
Para presidir el memorable acto, se contó con la grata visita de la Virgen de la Asunción de Maní, el Santo Cristo de San Román del municipio de Dzan y de Santa María Magdalena de Tipikal.
Para iniciar con la celebración eucarística que contó con la presencia del Obispo Auxiliar de Yucatán, Pedro Mena Díaz, el presbítero René Ek Yah ingresó hasta el altar acompañado por Edwin Omar Nicolás Koyoc y José Ricardo Cen May, quienes también fueron ordenados sacerdotes el pasado 24 de marzo en la S.I. Catedral.
En su homilía pronunciada completamente en maya, su lengua materna, el sacerdote de Tipikal externó su alegría por el don del sacerdocio y el agradecimiento a la comunidad que lo vio crecer, sobre todo por las oraciones de la grey católica.
Durante la celebración reflexionó por los 40 días de la Cuaresma, período en que la feligresía promovió el ayuno y la oración para el perdón y renovación del corazón, así como dejar todo aquello que lo aleje de Dios.
“Yo estoy pensando en mi Galilea, ahí donde empezó todo, Jesús me trajo hasta aquí nuevamente para recordarme cuánto me ama. Este es mi pueblo, aquí me levantó Jesús, aquí me enseñaron la fe, pero no podemos morir sin demostrar que Jesús vive”, indicó.
Exhortó a los presentes a aprender a perdonar y a olvidar todo rencor que impide avivar la alegría en el corazón para dar testimonio del amor a Dios a través del ejemplo de vida; “que tu actuar será fragmentos de la Biblia, enseña con tu vida, hay que dar testimonio”, puntualizó.
Finalmente pidió a la feligresía seguir orando por él, por sus compañeros y por las vocaciones sacerdotales, a fin de continuar ofreciendo su vida al Señor, “a pesar de ser un sacerdote tengo pecados, porque así como ustedes, también soy hijo de Dios”.
Como parte de la misa, el sacerdote ofreció la comunión a la feligresía. Al acto se sumaron sus compañeros y algunos sacerdotes visitantes. Para culminar la celebración eucarística, Ek Yah ofreció la bendición a los asistentes.
En su mensaje, el sacerdote Humberto Tun Balam, de la parroquia de Maní, agradeció la presencia del prelado en la Entidad que confirma la fe de la Iglesia Católica.
Por último, los nuevos sacerdotes se tomaron una fotografía con el Obispo Auxiliar de Yucatán y con el grupo de sacerdotes de la Arquidiócesis que acudieron al emotivo evento.
Asimismo, los lugareños y la grey católica de la parroquia aprovecharon saludar y tomarse la foto del recuerdo con el nuevo sacerdote, su paisano.