Yucatán

Hojalatería, un as bajo la manga del mago Martín Cuxim

Desde pequeño descubrió que tenía gran afición a la magia, ya que se sintió atraído por los magos de su tiempo
Martín Cuxim se concentra en su taller como hojalatero mientras se reactivan los eventos y vuelve hacer magia / Óscar Suaste

Martín Cuxim Escalante, mejor conocido como el Mago Markuz tuvo que poner pausa a sus trucos de magia, ya que por la pandemia de coronavirus dejó de tener contratos para eventos y fiestas, sin embargo, sus habilidades como hojalatero le han servido como un as bajo la manga para sobrevivir mientras se reactivan las actividades sociales.

En entrevista con POR ESTO! Martín Cuxim reveló que desde pequeño descubrió que tenía gran afición a la magia, ya que se sintió atraído por los magos de su tiempo, como el mago Gustavo Adolfo y Alí Bernal, a quien observó vestido de hindú cuando se presentó en su escuela secundaria y fue ese momento cuando decidió que quería ser ilusionista.

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Fue tanto su interés que, a pesar de la negativa de sus padres y sus amigos, se armó de valor y viajó a la Ciudad de México en busca de su sueño de aprender los mejores trucos en este rubro. “Con mucho esfuerzo logré reunir el dinero necesario para asistir a un Congreso de Magia, donde quedé impresionado al ver tantos expertos y trucos que me sirvieron de motivación para regresar otra vez”, comentó el Mago Markuz.

Su primer maestro dijo, fue el Mago Korbel (Víctor Ruiz) al que conoció en los bajos del Palacio Municipal de Mérida. Contó que éste le vendió sus primeros trucos de magia, que ofrecía los domingos en un programa municipal.

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“Cada domingo acudía a la Plaza Principal a comprar trucos, hasta que Víctor Ruiz me entregó una de sus tarjetas y me pidió que fuera a su tienda donde tenía mejores productos. Cuando llegué quedé sorprendido por la cantidad de trucos que había, ese día pagué 300 pesos”, recordó Cuxim.

Martín poco a poco fue entrando a este mundo y haciéndose de amigos como el Mago Denis, Pepillín, el Mago Rigel y el Mago Shadak, con quienes aún tiene comunicación. Una de las presentaciones que marcó su vida fue su primera oportunidad en un medio local.

Luego de ese espectáculo se reunió con el Mago Rigel para practicar más trucos, “empezamos a consultar libros de magia y a observar videos horas y horas”, dijo Martín Cuxim, quien asegura cumplió su sueño, ya que conoció a muchos expertos de quienes aprendió.

Otro colega que le ayudó fue el Mago Chen Kai, quien lo invitó a un congreso organizado por la Federación Latinoamericana de Artes Mágicas.“Desde entonces no falto a ese tipo de encuentros. Ahí podía comprar o intercambiar trucos, al grado de que gastaba más de lo debido”, reveló entre risas.

Ahora durante la contingencia sanitaria considera que sigue haciendo trucos con sus manos en el pequeño taller de hojalatero que tiene en su casa donde elabora utensilios para hornear pan de molde, adornos, globos y más..

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JG