La antropóloga social Gina Villagómez Valdés reveló como resultado de sus investigaciones que el 80 por ciento de los jubilados y pensionados en toda la entidad viven en pobreza, al aseverar que no se cuenta con políticas públicas que se sensibilicen a favor de los derechos de los adultos mayores.
En entrevista, reiteró que, debido a la falta de una política pública, aunado a una cultura de compromiso familiar, es como se da el olvido a este sector vulnerable de la sociedad que son discriminados por su edad.
La investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), aseguró que, debido al no existir una política pública estructural con perspectiva de envejecimiento, se sigue violentando los derechos de los adultos mayores.
“Todavía falta una política pública en favor de los derechos de los adultos mayores, que sensibilice a la población para evitar diferentes formas de violencia. Por ejemplo, no darles trabajo por su edad, es una forma de discriminación laboral.
“Todavía falta una política pública que no solamente les dé dos mil 500 pesos al mes, sino que se vea más allá: que se tengan albergues, programas que eviten la violencia en contra de ellos”, cuestionó.
Este olvido en el que se encuentran, apuntó, es cuestión de responsabilidad y como primera causa se le adjudica a la familia, porque los hijos tienen la obligación de dar el sustento a los padres. El problema es que las condiciones mínimas de la población se encuentran igual.
Dijo que no reciben apoyo de las familias y cuando llega a suceder es a cuenta gotas. Por tal motivo, se habla de una falta de cultura de organización familiar que esté al pendiente de los padres. Es decir, las mujeres tienen la obligación de atenderlos y los hijos de dar más dinero que atención, pero las que terminan manteniendo son las hijas.
Dejó en claro que gran parte de la población mayor en el Estado vive en condiciones de pobreza multidimensional, como lo define el Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (Coneval), donde la gran parte de los abuelitos no tienen pensión y se habla de que solamente la tercera parte cuanta con ello y los demás dependen de sus ingresos alternos.
Señaló que, los adultos mayores en Yucatán que se encuentra en situación de pobreza o en algún nivel tiene esta transferencia gubernamental, como uno de los pilares de su economía.
En ese sentido, se habla sobre todo de la población más vulnerable que vive al interior del estado que dependen de ese recurso.
Otra forma de ingreso también proporcionada por instituciones jornales son las pensiones. Es decir, aquellos empleados que lograron trabajar 30 años y que obtuvieron una jubilación, y a eso se le llama transferencias de gobierno contributivas, en las cuales estuvieron pagando una cuota toda su vida y que finalmente reciben un ingreso.
La antropóloga agregó que otra forma en la que sobreviven los adultos mayores a falta de recursos es con las transferencias familiares.
Y de éstas destacan tres tipos: una, es económica que es dinero en efectivo, material, es decir, reciben especie por parte de sus familiares, alimentos, despensa, ropa, utensilios de vivienda, entre otros.
La segunda es emocional y esto significa acompañamiento, atención, amor; por último, las instrumentales, que son todas las actividades de orden doméstico, como llevarlos al doctor, darles de comer, lavar la ropa, bañarlos, etcétera.
Precisó que en Yucatán el 18 por ciento de los adultos mayores vive solo. La mayor parte son mujeres que viven en promedio cuatro más que los hombres 78 años contra 74, lo que da un promedio de 76 años de longevidad.
Por esta razón, las mujeres adultas se convierten en un riesgo tanto por su deterioro físico como cognitivo, y se vuelven presa fácil de robos o fraudes.
Insistió que, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de Política Pública, solamente el 18 por ciento de los adultos mayores no tiene problemas económicos y que no viven ningún tipo de pobreza multidimensional, es decir, solamente la quinta parte no tiene problemas, mientras que el 80 por ciento cuenta con problemas económicos, para sobrevivir.
Por último, hizo una serie de recomendaciones para la protección y el cuidado de los adultos mayores, entre las que propuso la creación de ministerios públicos que puedan identificar la violencia contra los ancianos en todas sus manifestaciones.
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JG