En la comisaría Loché se vive un clima tenso, después de los sucesos ocurridos el lunes pasado. Dos de los afectados en la balacera registrada el pasado domingo, acudieron a las oficinas de POR ESTO! a dar su versión de los hechos, mientras que un tercero continúa internado en el Hospital San Carlos, pues requiere una operación en un pie, a consecuencia del disparo que recibió.
Según información recabada, el mercado de distribución de drogas se disputa entre tres familias de la localidad. La gente ha callado por temor a represalias, debido a que en varias ocasiones los pobladores han sufrido las consecuencias de sus actos al ser agredidos físicamente, incluso los menores de edad son obligados a incursionar en la venta de estupefacientes, que son distribuidos en los pueblos cercanos y los puertos del Litoral Oriente.
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Aseguran pobladores que en Loché, el grado académico de las personas es muy bajo y por ello los involucrados en el comercio ilegal se aprovechan de violar sus derechos, debido a que no pueden defenderse. Asimismo, varias familias han buscado otras poblaciones para vivir, ya que en esta localidad la situación es insegura, además otras propiedades están en venta por los mismos motivos, porque la gente no quiere ser víctima de esas personas.
Por su parte, Eduardo Agustín Ravel Flores, de 32 años de edad, que recibió cinco impactos de perdigones en el pie izquierdo, de los cuales no han podido extraerle dos, relató que Rosendo Lagunes García (a) El Huach le envió mensaje a su hermano, Alexis Rodrigo, de 22 años de edad, para que fueran a su casa para platicar.
Dijo que al llegar Lagunes García ya tenía preparada su escopeta calibre 20 y accionó el arma en dos ocasiones y los perdigones alcanzaron los pies de ambos hermanos. Relató que ambos ingresaron a un terreno ubicado frente al lugar de los hechos para resguardarse.
Narró que enviaron a otra persona para que avisara a su primo, Rafael Canché Flores, quien antes, cuando estaba acostado, escuchó que el vecino había llamado y salió a ver qué ocurría, entonces le informaron que y le informaron que le habían disparado a los dos hermanos.
Con su moto Rafael llegó a la casa del “gatillero” y tan pronto como estacionó su motocicleta le dispararon, pero no le impactaron.
Dijo que al bajar de su vehículo de dos ruedas, Abraham Francisco Pomol Chan le dio un golpe en la espalda con una madera y lo ingresaron al predio, le encintaron la boca, los pies y las manos, en ese momento llegó la Policía Municipal, la Policía Estatal y elementos de la Guardia Nacional a rescatarlo.
Según explicaron los afectados, El Huach se droga, cuenta con antecedentes penales y actualmente está bajo libertad condicional. Aseguran que dicho sujeto se dedica a la compra de motores y paneles solares robados en los ranchos, de lo que existe una denuncia en su contra.
También, aseguraron que ellos son personas de bajos recursos y que ahora que no pueden trabajar. Eduardo dijo que trabaja fumigando en un rancho rumbo a Panabá y habita en Tizimín. Su primo Rafael también se dedica a las labores del campo, al igual que el otro afectado, que aún está hospitalizado y necesita dos operaciones.
Eduardo Agustín explicó que El Huach fue su amigo, pero debido a las drogas se alejó y el día que ocurrieron los hechos él había ido a pasear a casa de su hermano Alexis.
Control del mercado
Según comentaron los pobladores, tres familias se dedican a estas actividades, los involucrados en este problema y una familia de apellido Quijano, quienes llevan tres años viviendo en la comunidad.
Ellos refirieron que el enfrentamiento causado por la disputa del mercado, drogas que son distribuidas en comunidades aledañas, los puertos Río Lagartos, San Felipe y Las Coloradas.
Los habitantes relataron que han vivido los últimos tres años bajo constante zozobra, pues la inseguridad por la operación de esos tres grupos mantienen a la población con miedo, porque también se dedican al robo en casas habitación, ranchos y otras propiedades.
Refieren que el problema inició con el comisario anterior y que actualmente Ignacio Flores Och, quien es familiar de los involucrados, solapa ese tipo de actividades.
Además, sostuvieron que todo problema que se registre en la comunidad siempre le da la razón a su familiares.
Dijeron que las autoridades cobran su respectiva cuota, ya que los elementos de la Policía Municipal sólo son “pantallas”, porque también son sobornados..
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Además, mencionaron que de esas actividades ilícitas tiene conocimiento el presidente municipal, Jorge Jiménez Iuit, y hasta la fecha no ha hecho algo para controlar la situación y la gente de Loché está buscando un lugar más seguro para vivir, antes de que resulten víctimas.
Finalmente, narran que “ha habido casos en los que los menores de edad son forzados a incursionar a estas actividades o, de lo contrario son torturados”.
GH