Segunda de dos partes
Teresa Aurora Vega Cuéllar era licenciada en Diseño Gráfico y Publicitario, pero llegó a estar entre las 100 mejores ejecutivas bancarias de América Latina. A pesar de las adversidades por las que pasó con sus anteriores parejas, su vida se proyectaba feliz a lado de sus dos hijas, pero esto se truncó el viernes pasado, cuando tres personas irrumpieron en su vivienda y la asesinaron.
Como relatamos en la primera parte de la entrevista a su madre Maritza Cuéllar Suárez y a Aarón Hernández Urbina, su padre adoptivo, ellos relataron que Teresa era una buena madre, responsable y trabajadora, que destacó en lo profesional.
También recordaron que su hija era alegre, sencilla y con un gran don de gentes, ya que siempre estaba atenta y al pendiente de los demás, por lo que no era raro que les invitara refrescos a las personas que limpiaban la calle o al mismo policía que perdió la vida después que ella.
En la charla, el padre adoptivo señaló que se le dio mucha difusión a la muerte del policía, que si bien fue una víctima que actuó de manera heroica y responsable, también se dejó de lado el artero crimen en contra de la mujer.
A pesar de la tristeza por la irreparable pérdida, ambos hicieron patente la necesidad de atajar todas aquellas versiones que especulan sobre los motivos, responsables y demás aspectos en torno a Teresa.
“Entre tantas versiones tergiversadas que hemos escuchado, que atentan contra el buen nombre de mi hija, queremos que no se difunda alguna información falsa que ponga en entredicho su integridad moral: Porque era una hija extraordinaria”, destacó Aarón Hernández.
Por otro lado, Maritza Cuéllar indicó que Teresa era madre de tres hijos, cada uno de padre diferente.
“El mayor, de 14 años, vive con su padre David Ordoñez, al que se le señaló en algunas notas informativas de ser el responsable intelectual del crimen, pero esto es erróneo”, señaló.
“Ella vivía sola con sus dos hijas. Desde 1985 siempre residió en Mérida, pero no de forma continua. Hizo la preparatoria en Cuernavaca y la universidad acá. Se casó y la última parte del embarazo del niño, por orientación médica, se fue a vivir con nosotros a Morelos, donde se quedó por cinco años. De regreso a Yucatán, compró su casa aquí en Gran San Pedro Cholul”, añadió la madre.
Sobre su trabajo, la mujer relató que su hija fue una mujer trabajadora, lo que la llevó a ser una de “las 100 mejores ejecutivas de América Latina”, e indicaron que a pesar de su éxito laboral no recibía ayuda de sus anteriores parejas para la manutención de sus vástagos.
Por lo anterior, Aarón Hernández reiteró que esperan que la justicia sea pronta y expedita, y que “se investiguen algunos cabos sueltos, como el sistema con las grabaciones de las cámaras de vigilancia, que presuntamente se habrían llevado los asesinos”.
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Además, recordó que el día que les entregaron a la bebé, la menor presentaba unos rasguños en su bracito y cara, por lo que considera que en ese momento la niña tendría alguna prueba que señalara a los verdaderos responsables.
JG