Desde hace unos 20 años, en Chichí Suárez empezó a escasear el agua y, en fechas recientes, esta problemática se agudizó debido al número creciente de desarrollos habitacionales. Por lo anterior, la comisaria Marisela Martínez Fernández indicó que los pobladores de esta comunidad se ven en la necesidad de racionar el vital líquido.
Recientemente, investigadoras del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán alertaron sobre el impacto al manto freático y la escasez de agua que están generando los proyectos agropecuarios y los desarrollos turísticos e inmobiliarios.
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En el caso del poblado de Chichí Suárez, la comisaria explicó que han notado que este problema de falta de agua se viene agudizando en las dos últimas décadas, el cual, considera, está relacionado con la construcción de nuevos fraccionamientos y asentamientos cercanos al poblado.
El caso más reciente, comentó, fue el del Desarrollo Residencial Las Acacias, que se construye en el poblado y a partir de lo cual el agua empezó a escasear aún más. Añadió que esto no ocurre sólo en el sistema de agua potable, sino que el problema también se detectó con la gente que tiene pozos, porque ya hay menos nivel que antes.
“Supuestamente hubo un convenio entre el Ayuntamiento de Mérida y la constructora para que se pudieran conectar al agua potable de aquí de la comisaría, lo que traería mejoras (a la comisaría). Pero hasta ahora no me envían el oficio de cuáles serían”, comentó Martínez Fernández, quien indicó que la empresa no se ha acercado a ellos, sino que están tratando el tema directamente con el Cabildo.
Añadió que el problema con la escasez del vital líquido en el poblado existe desde hace unos 20 años, derivado del crecimiento que se empezó a registrar en la zona.
“Hay temporadas que no llega el agua, y cuando hay calor, de plano no sube a los tinacos”, relató la comisaria, que añadió que con todos los nuevos desarrollos que van en aumento se nota que hay más escasez.
“Ahora hay el mismo problema y un poco más. Hay gente que tiene muchos años viviendo acá y tiene que usar pozo, porque no hay dinero para la ampliación del sistema de agua potable”, expuso.
Sin embargo, Marisela Martínez indicó que personas que usan pozos le han comentado que el nivel del agua está bajo. Por lo tanto, considera que el tema es cada vez más complejo y lo anterior se conjuga con lo obsoleto que es el sistema de agua potable.
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En una ponencia en días pasados, la doctora Yameli Aguilar Duarte, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), mencionó que hay una importante afectación por los desarrollos inmobiliarios que se dan en las periferias de Mérida, particularmente en el Norte, donde además es una zona que está a escasos metros del manto freático. Esto último, incluso, genera una escasez y lucha por el agua en los municipios y localidades cercanas.
GH