Un reducido grupo de vecinos se manifestaron ayer en el parque hundido de la colonia San José Tecoh, al Sur de esta ciudad, para demandarle a las autoridades municipales que rellenen o acordonen este espacio recreativo, debido a que se ha convertido en un peligro para la niñez, porque el lugar lleva más de un año inundado por las lluvias del año pasado.
Teresita de Jesús Chan Pacheco, una de las inconformes, indicó que, previo a las precipitaciones de 2020 que provocaron que el campo de fútbol del parque se haya convertido en una aguada, ya habían pedido que el lugar sea rellenado, pero ninguna autoridad municipal o estatal ha atendido la problemática que han denunciado por años.
Aunque han llegado autoridades de los dos niveles de gobierno a inspeccionar el sitio, la mujer mencionó que ninguna ha hecho absolutamente nada y poco ha importado que en noviembre del año pasado un joven de 22 años de edad muriera ahogado despues de haberse metido a la aguada con la intención de recoger el balón con el cual estaba jugando con dos amigos.
Debido al desinterés de Ayuntamiento de Mérida por al menos acordonar el lugar para evitar que una nueva tragedia se repita, la entrevistada, así como otras cinco mujeres se manifestaron en el lugar, quienes comentaron que decidieron alzar la voz para exigirle a las autoridades una solución inmediata, ya que el riesgo de que un niño resbale y caiga es latente.
En ese sentido, indicó que el peligro incrementa cuando se realiza el tianguis en este parque, ya que como mucha gente no puede dejar a sus hijos en casa, los llevan, lo que implica que tengan que estar vigilando de que no se acerquen al área de la aguada, ya que un resbalón o una caída puede provocar una tragedia como la de noviembre de 2020.
“Quisiéramos de verdad que lo rellenen para que deje de haber peligro, especialmente por los niños. La gente grande pues ya sabe los riesgos que hay si quieren meterse, pero un niño no, son inocentes. Es por eso que esperamos que las autoridades que acaban de entrar lo rellenen. Es todo lo que quisiéramos nosotros”, puntualizó la entrevistada.
María Liboria Nah, otra de las inconformes, señaló que, si el lugar no se puede rellenar, que al menos sea acordonado con alambre, esto con la finalidad de evitar que los niños se acerquen, ya que al no estar acordonado y al no existir vigilancia de un guardaparques, cualquiera puede entrar de curioso, lo que aumenta el riesgo de un accidente mortal.
Ante la nula vigilancia del municipio, la mujer criticó que la presencia del guardaparques no existe y cuando están, sólo dan rondines alrededor del lugar, no dentro. “Necesitamos que alguien vea que la gente no se acerque. Necesitamos que uno de ellos se quede fijo porque a veces uno viene un ratito y luego se va”, comentó la mujer de la tercera edad.
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Nidia Quintal, otra de las inconformes y vecina del lugar, mencionó que sí hace falta la vigilancia, porque hay zonas resbalosas. “Hay chamacos que vienen solos y están hasta allá en el fondo, no les dicen nada y es un peligro que esté inundado. Dios no lo quiera, pero si se ponen a caminar por la orilla y se resbalan, puede ocasionar una tragedia”, dijo.
GH