Un grupo de damas del Centro Ahau de la ciudad de Toluca, México llegó ayer para sumarse a sus compañeras que ayer estuvieron en Izamal, Yucatán, pueblo mágico que también es conocido como localidad de las tres culturas (maya, prehispánica y moderna), informó su coordinadora Rosario Ontiveros Santana.
Agregó que el grupo se reunió ayer poco después del mediodía para realizar la ceremonia de la cosecha, después se trasladará a Uxmal para efectuar un trabajo en la pirámide de El Adivino, actividades a través de las cuales buscan recargar sus energías en esos lugares benditos de los mayas, aprovechando estas fechas tan importantes en que se conjugan los astros de tal manera que el día como la noche duran 24:00 horas.
Nosotros somos un grupo dedicado a realizar estudios sobre la tradición solar maya, dado que los habitantes de la Península de Yucatán conocían el comportamiento de la Bóveda Celeste y muchas de sus actividades estaban ligadas al desplazamiento de la luna, el sol, del planeta Venus y en base a ello, fijaban su forma de vida, ya sea para iniciar la siembra del maíz, que era uno de sus principales alimentos, como el tiempo para cosechar sus cultivos, para rendir culto a sus dioses y hasta para recargar sus baterías y prepararse para conflictos bélicos o para enfrentar los fenómenos naturales.
¿Cuáles son las esnsenanzas del Centro Ahau?
Ontiveros Santana dijo que el Centro Ahau, ofrece terapias integrativas, así como diversas terapias holísticas, como ejemplo mencionó que es imposible ser feliz cuando tenemos las mismas creencias que en algún momento funcionaron, pero que ya no funcionan, pero uno sigue creyendo que es lo mejor, por el hecho de tener miedo a lo desconocido, a lo nuevo y al cambio, pensando que puede ser lo peor o que nos pueden lastimar si decidiéramos abrirnos y adaptarnos, haciendo esto que permanezcamos en el mismo lugar, mientras todo avanza.
Por lo tanto, indicó la entrevistada, es necesario que las personas se den cuenta que el mundo está cambiando y por lo tanto es importante entender que los cambios son dolorosos, más si uno se resiste, hasta que comprueba que aquello que no puede resolver con la mente, el cuerpo se encarga y nada de lo que nos pasa es casualidad y que deben salir de su zona cómoda de seguridad por miedo, que por lo general se disfrazan de rabias o iras o en actitud defensiva o escapista para no mostrar vulnerabilidad y mientras más nos resistimos, las condiciones externas serán más dolorosas. En resumen, en la naturaleza no sobrevive el animal más inteligente o el más fuerte, si no el que más se adapta.
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RC