El cambio de color del Semáforo Epidemiológico, de verde a amarillo, traería consigo diferentes protocolos a seguir e incluso restricciones. Esto, tomando como referencia las medidas que se tomaron meses atrás, con el indicador en amarillo y naranja.
Sin embargo, hasta ahora, los choferes y demás personal de empresas de transporte no han recibido nuevas indicaciones.
“No se ha informado nada. Primero se tiene que recibir información de las autoridades de salud”, dijo Arturo Catzín Góngora, de la empresa Permisionarios Reforma y Centenario.
El subgerente operativo indicó que, en espera de la postura oficial, las unidades todavía trabajan con normalidad. Sin embargo, es posible que se retomen las limitaciones en sus aforos. “Ahora puede ir la gente parada sin problema”, dijo, pero recordó que con anterioridad “sólo ocho personas podían estar de pie”.
Evitar contagios
De igual manera, el uso de separadores entre usuarios puede ser una posibilidad de nuevo para evitar contagios. En cuanto a los colectivos, “ahora pueden ir 16 personas como máximo”. “Con restricciones, a lo mucho se podían subir unas 10”, indicó.
Por lo pronto, ayer su principal preocupación fue realizar su trabajo con la atenuante de los cambios de paradero, debido al Maratón de Mérida.
Durante el tiempo que duró la competencia atlética, más de 30 rutas de autobuses tuvieron diferentes sitios para carga y descarga de pasajeros.
Lo anterior causó confusión y molestia en los usuarios, que tenían que caminar calles adicionales para llegar a su destino o, de plano, no encontraban su camión.
“Si nos quedó muy lejos (la última parada) y todavía me falta por caminar”, comentó Rosy Burgos, quien acudió al Centro por unas diligencias. Añadió “yo vivo en la Bojórquez y la ruta 59 K casi no pasa. Entonces, tienes que caminar a la Canek para tomar otra”.
Terminó por viajar en una ruta de Caucel para llegar al centro y, tras bajarse en la calle 67 (con 66), emprendió una nueva caminata hacia la Plaza Grande.
Catzín Góngora estuvo apoyando a la Policía Municipal en el acceso directo a las unidades de transporte. “Se les deja pasar por aquí (calle 67) para que luego tomen la 64 y rápido vayan a recoger pasaje en su paradero temporal en la 65”, explicó.
Asimismo, le informaba de manera servicial a las personas que no hallaban su ruta. Pese a ello, no faltaron los automovilistas que gritaron y reclamaron por tener que desviarse.
“Desde hace 15 días que se anunció lo del cierre de calles. Pero la gente no se informa y luego se molesta, como si uno se tuviera la culpa”, señaló un elemento policial.
“Se les dice que no hay paso e insisten en querer avanzar. La gente de repente es así, pero uno tiene que hacer su trabajo”, apuntó Catzín.
Esa falta de educación quedó evidenciada con un motociclista, al que se le permitió atravesar una calle cerrada, con la condición de que la recorriera a pie, sosteniendo su vehículo. Sin embargo, se quiso “pasar de vivo” avanzando unos metros para ahorrarse la caminata, lo que le valió una reprimenda.
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CC