La comunidad que padece el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en el puerto de Progreso no cuenta con ninguna institución especializada o casa de beneficencia para atender los males que le aquejan, contrario a ello, necesitan acudir a la ciudad de Mérida hasta el hospital Agustín O’Horan para llevar a cabo su tratamiento.
El titular del Centro de Salud con Servicios Ampliados (CESSA) en Progreso, Epidemiólogo Ramsés Moguel Méndez, resaltó que en el puerto, junto con sus comisarías cercanas, habría alrededor de 50 personas con el virus, de los cuales la mitad acuden al CESSA para recibir medicamentos y consultar con algún especialista de acuerdo a su necesidad.
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Dentro del último censo hecho el mes pasado por parte de la Secretaría de Salud Federal, los casos arrojaban que en el Estado se contabilizaron 456 personas con esta condición, 413 hombres y 43 mujeres. En cuanto al índice de incidencias por cada 100 mil habitantes, Progreso se sitúa en el cuarto lugar de la tabla general de contagios a nivel estatal en lo que respecta a municipios aledaños a la capital yucateca.
Parte de las afectaciones que ha originado la actual pandemia, fue la reducción de traslados que realiza la dirección de Salud a diversos pacientes a la ciudad de Mérida para su rehabilitación en el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS), pues el aforo dentro de las unidades se ha reducido actualmente a la mitad.
“Se les proporcionaba ese apoyo, pero lamentablemente se ha atrasado la agenda, parte de lo rescatable es que los medicamentos para los pacientes con VIH pueden adquirirse de manera sencilla en el municipio, otorgándole mediante el suministro a esta comunidad, una calidad de vida bastante efectiva”, sostuvo, por su parte, Harly Vanesa Alcalá Díaz, directora de Salud.
Una de los pocos apoyos en el aspecto moral y psicológico para esta comunidad que se tienen en Progreso asegura Azyadeth Betancourt Vidal, de la unidad municipal para el desarrollo e inclusión de la diversidad, que se tendrá estas próximas semanas apoyos presenciales en esta materia por medio de las asociaciones civiles como la Unidad de Atención Sicológica, Sexológica (UNASSE) y la Red de personas Afectadas por VIH (REPAVIH), ambas con psicólogos, tanatólogos, y abogados especialistas en la materia de no discriminación para quien vive con VIH y la prevención de la enfermedad.
Por último, Luciano Martínez Tzuc, organizador de eventos en pro de la comunidad con VIH en Progreso, argumentó que el puerto aún se encuentra en medio de un proceso de transición para eliminar tabúes, calificativos y paradigmas que persisten dentro de la comunidad progreseña.
“Aún existe estigma y discriminación para las personas que viven con VIH, se necesitan de campañas permanentes para fomentar la no discriminación y crear conciencia en el sector laboral para erradicar la discriminación, los mexicanos contamos con el derecho a la confidencialidad y tiene que ser respetado, pero aún nos hace falta camino por recorrer para erradicar este estigma”, manifestó el activista.
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CC