Vecinos de las casas veraniegas adjuntas a la comisaría de Chicxulub confirman que las fiestas clandestinas se realizan en dicha zona con total regularidad, habiendo dentro de ellas incluso menores de edad que consumen bebidas alcohólicas y demás sustancias ilícitas hasta altas horas de la madrugada dentro de los días correspondientes a los fines de semana.
Tal como dimos a conocer el día de ayer, la última fiesta en cancelarse se originó a las primeras horas del domingo tras una llamada anónima solicitando a las fuerzas policiacas su intervención, sin embargo, los quejosos argumentan que en la mayoría de los casos, la autoridad no responde las denuncias en la madrugada.
“Son muy recurrentes los festejos dentro de la playa, cada fin de semana desde la mitad del mes se escucha música. Aprovechan que se trata de fiestas dentro de las casas y nadie puede invadir su privacidad, en cuanto a los convivios masivos, esos son menos frecuentes, pero si hemos visto dos o tres donde el gentío no se va hasta que sale el sol”, argumentó Sol Ferrara, residente de la zona.
“Nosotros vivimos aquí de manera permanente y lo que notamos es que, luego de que la gente se va al entrar el frío de las últimas semanas del año y el principio del otro, los propietarios comienzan a rentar sus casas a precios que van por encima de los siete mil pesos por el fin de semana completo, por esa razón a los organizadores les sale más redituable cobrar encima de un centenar de entradas” precisó Eugenio Montalvo, adulto mayor que, de paso, se quejó de no poder conciliar el sueño de viernes a domingo.
Justamente el 30 de enero del año pasado, fue cancelada una celebración de este tipo, pero con solo 70 personas en la entrada de “playa merito”, en la calle 17 por 40 y 42 de Chicxulub. El mismo caso se repitió en el mes de julio, pero con 300 jóvenes, en su mayoría de la ciudad de Mérida, quienes se aglomeraron en un predio de la entrada “el cabo”, el cual se ubica en el tramo Chicxulub-Telchac.
El 2020 también sorprendió a un centenar de jóvenes enfiestados que, tras la entrada de la pandemia al Estado en el mes de marzo, no aguantaron el encierro en casa y el 22 de agosto emprendieron un festín que fue clausurado tras la entrada de la fuerza policiaca.
La diferencia entre los antecedentes y el último caso suscitado apenas el domingo, es que en los operativos del 2021 y 2020 sí se presentó la Secretaría de Salud y Protección Civil (PC) para la colocación de sellos.
“Deberían dejarnos una patrulla permanente aquí para evitar que sigan ejerciendo esas fiestas los jóvenes, parece ser que no entienden el grado de peligrosidad que hay con el nivel de contagios de COVID-19 de ahora. Mi esposa ha llamado varias veces a la Policía Municipal y en algunas ocasiones no llegan” comentó David Arzoa, otro vecino de la zona.
Se destaca que quienes resulten responsables de llevar a cabo estos eventos clandestinos pueden ser investigados por Fiscalía del Estado, sobre todo si hay menores de edad implicados en el consumo de alcohol o drogas, pues de esta manera estarían rompiendo las bases de la ley 128 del código penal en Yucatán. Los castigos varían, aunque estas pueden llegar a un cargo económico de hasta 180 mil pesos para el dueño del predio y una década de prisión para los organizadores.
Parte de las acciones por parte de las autoridades consistieron en el arribo de múltiples unidades aún en plena luz del día para hacer recorridos en la costa, pues tampoco se han quedado atrás las celebraciones antes del anochecer.
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CC