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La confección de vestidos y guayaberas en Tekit no ha regresado a la normalidad por la suspensión de eventos a causa de la 'ola' de contagios por COVID-19

Laura Cauich Vázquez es una mujer emprendedora de Tekit que lucha por salir adelante en la limitada situación económica que ha propiciado la contingencia epidemiológica del COVID-19, la cual golpea a todos los sectores de la población, pero sobre todo, el ramo de confección de prendas de vestir.

Cauich menciona que se ha dedicado por más de 20 años a la confección de vestidos para todo tipo de eventos sociales, pero a raíz de la suspensión de fiestas y eventos, su trabajo de confección aminoró, causándole una crisis económica.

Apoyada por su padre, que también se dedica a la confección de guayaberas, le proporcionaron los moldes de cubrebocas, los cuales se dedicó a elaborar y tuvo una gran aceptación entre las mujeres, pues mayormente confeccionaba para este sector de la población, ya que como modista se dedicaba a los vestidos.

“Al iniciar con los cubrebocas, los confeccionaba con bordados de flores, o solo de tela floreada. Eso gustó entre las vecinas que solicitaban su cubrebocas y poco a poco fui elaborando más para entregarlos en establecimientos de otros lugares o pueblos vecinos”, comentó.

Señaló que, a lo largo de estos dos años de pandemia, la confección de cubrebocas la ha ayudado a salir adelante con los tres integrantes de su familia, sin embargo, debido a la declaración del sector salud, señalando que los cubrebocas de tela no son seguros, estos días han disminuido sus ventas, por lo que ahora deben salir a poblaciones cercanas a vender o recorrer las calles de su población para desplazar sus productos.

“En este tiempo que no hay pedidos de vestidos y otras prendas para fiestas, la elaboración de cubrebocas ha sido de gran ayuda para mí. De hecho, pude contratar a una señora más que me pueda ayudar cubrir los pedidos que yo tenía, pero ahora ha bajado la venta”, indicó.

Sin embargo, señaló que los cubrebocas que confecciona son artesanales y desde su inicio utiliza un filtro entre las dos telas que comprende el cubrebocas que elabora desde su pequeño taller de su vivienda.

Menciona que durante los dos años en los que se ha dedicado a esta labor, confecciona variedad de cubrebocas con bordados, hilo contado, personalizados con nombres o algún logo que el cliente solicite.

En su caso, Juan Antonio Cahuich compartió al POR ESTO! que al iniciar la pandemia tuvieron muchas necesidades, pues impactó grandemente la fabricación de prendas, pero ahora van avanzando un poco más ante la apertura económica.

Agregó que siempre le han agregado un filtro lavable a los cubrebocas que elabora con ayuda de su hermano, aunado a la doble tela que colocan, lo ayuda a ser más seguro para los clientes.

Indicó que desde su pequeño taller buscan confeccionar estos cubrebocas con bordados o diseños que los clientes solicitan y que no deja mucho ingreso, pero sí ayuda a sobrellevar la situación económica.

Comentó que en esta villa, conocida ahora como Capital de la Guayabera, existen aproximadamente 300 talleres que se dedican a la confección de guayaberas, pero igual se sitúan los pequeños talleres de confección de vestidos para eventos sociales y que hasta el momento no han podido regresar a la normalidad por la suspensión de eventos ante el alto número de contagios de ómicron en el Estado.

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CC

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