Morirse en Yucatán es un verdadero negocio para las funerarias y es que en este último año, los costos de sus servicios han tenido un aumento de hasta el 30% respecto años anteriores.
Por los precios van de acuerdo a la zona de la ciudad en la que se encuentre la funeraria, siendo las del norte de Mérida las que más cobran por cada servicio ofrecido. Mientras que en el sur, en la zona conurbada de Kanasín, el monto resulta más económico.
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Entre 4 mil 500 y 12 mil pesos, en caso de cremación, son los costos más baratos y los más caros, pueden alcanzar hasta los 250 mil pesos.
Según la información obtenida de varias funerarias, el servicio básico ofrece un féretro o ataúd de madera, generalmente hecho de triplay y forrado con tela, así como la recuperación del cuerpo del hospital, el certificado de defunción a cargo del Registro Civil, arreglo estético, velación sin servicio extra, la carroza y el entierro, incluidos los trámites del permiso.
Existen excepciones que aumentan los costos, por ejemplo, si la persona falleció en su casa, hay que pagar la certificación de la muerte por parte de un médico y tramitar el acta de defunción. En caso de que la muerte ocurra en un estado vecino se cobra de acuerdo con la distancia del traslado. Por ejemplo, si fue en Campeche, el mínimo sería de 13 mil 500 pesos.
El precio de morir aumenta de acuerdo con las capacidades económicas del cliente; el féretro más caro es de 85 mil pesos, es de cedro barnizado. Pero si requiere una misa con servicio adicional, un banquete de despedida y el entierro en un panteón privado, el precio pude ser de 250 mil pesos.
En el caso del servicio de cremación el costo mínimo de manera directa es de 6 mil 500 pesos, si se requiere velación el adicional es de mil pesos; aunque puede llegar a 12 mil 500 pesos.
En el caso de los velatorios del IMSS, no se necesita ser derechohabiente para contratar el servicio, los precios van de 7 mil 500 a 12 mil pesos.
En Yucatán, solo el cuatro por ciento de los habitantes cuentan con un seguro de vida y/o funerario, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Los seguros funerarios entregan una suma asegurada o reembolso a los beneficiarios para cubrir los gastos del deceso, es decir, primero cubres los gastos y después te devuelven el dinero. Mientras que el plan funerario brinda todos los servicios y se puede pagar con anticipación.
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AA