En Tekantó, bajo una noche fresca y un cielo lleno de estrellas, cientos de fieles devotos a la imagen del Cristo de la Exaltación, se reunieron en la capilla San Román para trasladar a la efigie en procesión hasta la iglesia San Agustín donde otros fieles ya esperaban a la sagrada imagen con velas y veladoras y el tradicional bronceo.
Durante la mañana del martes la imagen del Cristo de la Exaltación fue colocada en el altar de la capilla San Román después de haber sido traído en procesión desde la población de Citilcum por cientos de fieles católicos, luego la imagen permaneció en dicho lugar durante toda la tarde para ser venerada.
A las seis de la tarde nuevamente los fieles llegaron a la capilla con ramilletes de flores, rudas, velas y veladoras para honrar a la imagen en la misa, mientras eso sucedía la banda guerra de una de las escuelas de la localidad se preparaba para abanderar la procesión hacia la iglesia principal San Agustín.
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Posterior a la misa los custodios subieron en sus hombros a la imagen y fue llevada a paso lento a la iglesia, mientras la banda de guerra hacía sonar sus tambores, las velas y veladoras alumbraban el camino de la procesión, los voladores que se escuchaba a kilómetros anunciaban que el Cristo ya estaba camino a la iglesia.
Al llegar al centro de la localidad la imagen fue recibida por otros fieles devotos quienes no paraban de aplaudir a su imagen por los favores recibidos según sus creencias.
Mientras la imagen redondeaba el centro de la localidad miles de voladores y decenas de bombas fueron elevados muy alto y hacían retumbar el cielo, así mismo antes de que los custodios ingresen con la imagen a la iglesia se encendió los cipreses, a todo esto se le conoce como el tradicional bronceo y es de esta manera como los fieles reciben a la sagrada imagen en su pueblo la cual permanecerá por quince días en dicha iglesia.
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AA