Mientras el juez del Tribunal Colegiado Jorge Enrique Edén Wynter resuelve si aceptará la inconformidad de Kekén que anula el amparo de La Esperanza de Sitilpech, de dejar cerrada la megagranja mientras continúa el juicio, los ejidatarios señalaron que se mantendrán en pie de lucha y no desistirán sino hasta que la empresa cierre definitivamente.
Aunque el juez tenía programado para este 8 de diciembre la resolución sobre el recurso que interpuso Kekén, decidió aplazarla. El abogado de la Esperanza de Sitilpech y del colectivo Kanan Derechos Humanos, Roberto Sánchez Campos, señaló que el juzgador volvió a diferir la resolución; sin embargo, confió en que este lunes la dé a conocer, “esperemos que no acepte la inconformidad de Kekén, ya que hemos demostrado los daños que causa al agua y el medio ambiente”, insistió.
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Los ejidatarios no están tan confiados, aunque manifestaron que se mantendrán en pie de lucha hasta que la granja sea expulsada de la localidad. “El problema es que la resolución está en manos de unos magistrados y la tardanza nos huele mal, como los desperdicios de la granja en nuestro pueblo. No dudamos (en) que Kekén esté tratando de sobornar a los jueces, por eso no han dado su resolución, son muchos millones de pesos los que está perdiendo la empresa mientras esté cerrada, pero la realidad es que, después de años sin poder respirar aire sin olor a excremento de cochino, en estos últimos cuatro meses desde que cerró la granja, pudimos hacerlo y no queremos que regrese eso”, señaló Rafael Valencia, ejidatario del colectivo de Sitilpech.
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Señaló que todo el pueblo seguirá en pie de lucha, “y lo vamos a seguir estando mientras la granja este en nuestro pueblo, por eso hoy en día estamos peleando porque se tomen buenas decisiones; ya son dos días que nos tienen esperando, pero continuaremos de pie para que nuestros hijos tengan una mejor calidad de vida”, señaló.
Otros ejidatarios manifestaron que, desde el cierre de la empresa, en julio pasado, la salud de los niños, ancianos y pobladores en general ha mejorado. Sin embargo, aseguraron que el efecto negativo que dejó la granja durante su funcionamiento en los últimos años aún no se ha revertido, los frutos continúan manchados, las hojas de los árboles se caen, la tierra no es tan próspera.
“Sabemos que tomará un par de años que la naturaleza cobre vida de nuevo, pero de anular los jueces el amparo y permitir la reapertura de la granja, el medio ambiente en Sitilpech colapsará”, apuntaron.
“Si llegan a dictar a favor de Kekén, no le doy a las tierras de Sitilpech ni 10 años de vida, ya no podremos sembrar, los niños comenzarán a nacer con enfermedades por la contaminación, espero que eso lo tomen en cuenta”, finalizaron.
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CC