La cifra de yucatecos que han migrado a otras partes del mundo ha aumentado en los últimos años, principalmente de Akil, Cenotillo, Dzan, Maní, Mérida, Muna, Oxkutzcab, Peto, Santa Elena, Tekax, Ticul, Tixméhuac, Tunkás y Tzucacab.
El aumento en la migración ha desatado problemas de salud mental ante el cambio drástico de vida, principalmente en los adultos e hijos.
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Rocío Quintal López, especialista de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), destacó la importancia de mejorar la atención que brinda el sector salud.
¿Qué daños provoca en las familias?
La especialista señaló que ha sido principalmente en las comunidades mayas donde se ha registrado un mayor índice de migrantes a otros países como Canadá y Estados Unidos.
El padre, quien es el que emigra a otro país, presenta problemas de salud mental que en ocasiones puede generar adicciones al alcohol y drogas.
Quintal López añadió que los migrantes yucatecos pagan con su vida el “sueño americano”, pues regresan con enfermedades terminales, como cáncer, o con adicciones graves.
Asimismo, en las madres se genera un cuadro depresivo, el cual no es atendido debidamente, presentando cuadros de somatización, que derivan en migrañas, dolores crónicos recurrentes y diferentes malestares, todos asociados con depresión.
En el caso de los hijos, presentan depresión enmascarada ante la ausencia de su padre, que en los adolescentes se manifiesta con problemas escolares, y en los niños como tristeza y llanto, entre otros problemas psicológicos.
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CC