Yucatán se ubica entre las siete entidades del país con mayor porcentaje de capacidad limitada, donde casi uno de cada dos (31 mil 394 ciudadanos) enfrenta problemas motrices, y uno de cada cinco (13 mil 200) problemas visuales, quienes en su mayoría viven en Mérida y municipios conurbados, donde enfrentan un suplicio para transitar por la calle.
En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que hoy se celebra, especialistas y regidores denunciaron que las aceras de la ciudad, en especial la del Centro Histórico, representan un grave peligro para las personas con estos problemas, quienes incluso prefieren caminar en la cinta asfáltica, ya que “es más seguro”.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), el 2.9 por ciento de la población yucateca, o unas, 66 mil 700 personas, enfrenta problemas de capacidad limitada severa. De estas, el 74.7 por ciento -49 mil 800— viven en Mérida, que, a pesar de ser la capital del Estado y contar con una mejor infraestructura urbana, las personas tienen que enfrentar un viacrucis para transitar por las aceras, en especial en el Centro Histórico de Mérida.
“Los que tenemos problemas para movernos o necesitamos de la ayuda de algún implemento como un burrito, bastones, sillas de ruedas o muletas sufrimos y hasta exponemos nuestra vida al transitar por la ciudad”, señaló Renato Collí, quien utiliza un bastón para moverse.
“Siempre se está hablando que Mérida es una ciudad incluyente, pero no es así; la realidad es que quienes tenemos que movilizarnos por las calles, en especial del Centro Histórico, lo hacemos con inseguridad y mucho trabajo”, apuntó.
Para el representante del Colegio de Diseñadores del Hábitat y Urbanistas de Yucatán, Ángel Iván Barrera Febles, el problema es que el Ayuntamiento ha hecho caso omiso al Reglamento Municipal para el Uso del Espacio Público en la construcción de banquetas y espacios para personas con capacidad limitada.
Además, cuando se reportan anomalías en las escarpas o en las rampas para personas que utilizan sillas de ruedas para moverse, “la autoridad tarda varios meses en repararlas”, lo que no solo afecta a estas personas, sino también a los transeúntes, apuntó.
“Las banquetas en lugar de ser un apoyo son un obstáculo para las personas que tenemos alguna limitación en nuestra movilidad, porque como nos ayudamos de algún aditamento, en mi caso un burrito, hace que sea más complicado si las banquetas está agrietada o le falta algún pedazo; incluso, he visto gente que se cae y que ha tenido que ser auxiliada por un paramédico, y al final no se hace nada”, comentó Fernando Rojas.
El regidor Gabriel Barragán Cáceres, de la Comisión Permanente de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, aseveró que hay disparidad en el uso del espacio público en Mérida, ya que el 70 por ciento es para el tránsito vehicular y el resto para el peatonal, pero siete de cada 10 personas usan las aceras y el resto usa un automotores.
Además, en el Centro Histórico las banquetas son angostas, están llenas de irregularidades, tiene diversos niveles, salientes, rupturas, oquedades, registros sin tapas y algunas hasta con maleza, por lo que son un grave peligro no solo para las personas con capacidades limitadas sino para todos los transeúntes.
“En Mérida, la infraestructura es adversa, y lo peor de todo, la autoridad nada hace para dar una solución”, apuntó. Al mismo tiempo, existen casas cuyos ductos pluviales están en las aceras, “rejas panzonas” que ocupan hasta el 100 del paso peatonal, por lo que muchas personas optan por caminar sobre el arroyo y arriesgan su vida.
La situación se complica cuando las escarpas son angostas y cuentan con postes, tensores o paraderos que impiden el paso de sillas de ruedas, además de ser utilizadas como estacionamientos vehiculares y de moto o ciclopistas.
El riesgo para el peatón es mayor cuando no hay banquetas, o bien, cuando son utilizadas como basureros, depósitos de escombro o de material de construcción, e incluso, están ocupadas por vendedores ambulantes, algunos de los cuales, hasta cuentan con el derecho de piso emitido por la Comuna.
“Todas estas anomalías han generado que la ciudad sea adversa para el habitante, independientemente como se mueva”, subrayó.
De acuerdo con la “Prevalencia de población con discapacidad y/o problema o condición mental por entidad federativa 2020”, los estados con mayor población de este tipo de personas son Campeche, Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
El Diagnóstico de Acciones Instituto para la Inclusión de las Personas con Discapacidad del Estado de Yucatán 2020 informó que la discapacidad más frecuente fue la motriz, con el 47 por ciento, la cual es mayor al promedio nacional de 45.3 por ciento. En segundo lugar, está la intelectual, con el 17 por ciento y en tercero la auditiva, con el 15 por ciento. En penúltimo lugar está la discapacidad visual, con el 14 por ciento; y, por último, la mental, con el siete por ciento.
En cuanto al origen y tipo de discapacidad, el 52.94 por ciento fue por nacimiento, el 33.7 por ciento fue adquirido, y el 13.29 por ciento se desconoce. Cabe señalar que el 74.7 por ciento de las personas con capacidad limitada severa viven en Mérida; seguido de un 7.8 por ciento en Ticul y un 4.5 por ciento en Tixpéhual.
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CC