En los últimos años, los trastornos mentales en adolescentes en Yucatán, como el estrés, la ansiedad, pensamientos suicidas y las autolesiones se han disparado, lo que se agudizó con la llegada de la pandemia, señaló Víctor Román Roa Muñoz, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ), quien aseguró que los más afectados rondan entre los 10 y los 19 años.
“A partir de octubre del 2020 con el tema de la pandemia empezamos a atender otros trastornos mentales, lo que estamos viviendo y se ha agudizado con la contingencia sanitaria ha sido la depresión, la ansiedad principalmente, el cutting (autolesión) y también las ideas suicidas, por lo que siendo una institución de primer nivel atendemos estas comorbilidades médicas y psiquiátricas, que en algunos casos también están relacionadas con el consumo de alcohol y narcóticos”, comentó.
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Señaló que, por esta razón, el CIJ está realizando trabajos preventivos, porque seis de cada 10 pacientes que se atienden en el centro de dichas edades se inician por el abuso de sustancias, afirmando que el 60 por ciento de los pacientes tiene problemas de salud mental por esta razón.
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“Tenemos que fortalecer el trabajo preventivo, no solo en los adolescentes que se inician, sino también en los adultos jóvenes que ya traen un problema de consumo, porque esto no solo afecta a quienes tienen trastornos mentales o adicciones, sino a toda la familia. Ofrecemos un trabajo integral para que todos puedan sobrellevar la situación, porque es muy difícil tener a alguien no solo con adicciones, sino con algún trastorno en la salud mental, muchas veces piensan que es su culpa, cuando también lo que pasa en el exterior afecta”, aseguró.
Roa Muñoz apuntó que existen varios factores que hacen que un adolescente se introduzca en el consumo de sustancias; sin embargo, ya sea para ser aceptados, por querer tener amigos o no sentirse solos, pero sobre todo para no sentirse mal, por lo que la familia es un apoyo no solo para no iniciarse en el consumo de drogas y alcohol, sino para estar bien mentalmente, por lo que destacó las principales banderas rojas para detectar que algo no anda bien con los jóvenes.
“Principalmente, hay un cambio de conducta, las personas que empiezan a consumir drogas o tienen un tipo de problema psicológico, suelen tener cambios muy bruscos como dormir de más o casi no, se vuelven evitables, se aíslan, no participan en actividades familiares, está descuidando el área escolar, no se preocupan por su higiene y todo esto son señales de que algo está pasando”.
“Si son adolescentes estamos hablando precisamente en ese momento de vida, mi sugerencia es que se acerquen a los hijos, que les brinden apoyo emocional y sobre todo que se les oriente y canalice con ayuda psicológica para prevenir que terminen en adicciones, e incluso quitándose la vida”, finalizó.
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CC