Existe una vieja creencia en Yucatán que dice que quien toma agua de pozo se queda a vivir en estas lajas, pero quizá la expresión debería cambiarse por 'agua de cenote', ya que esta idea se remonta a los antiguos mayas que pensaba que al beber de esta agua ya pertenecían a esa población.
Aunque pudiera parecer algo mágico relacionado con el papel que los cenotes ocupaban en los ceremoniales mayas, la razón que podría explicar este mito es que estos cuerpos de agua contienen las bacterias propias de la zona y quien se quita la sed bebiendo del cenote podría sufrir alguna infección o enfermedad gastrointestinal.
Lo que significaba que si conseguías sobrevivir sin alguna consecuencia, pues solo era porque ya pertenecías a ese pueblo, eso no estaría tan alejado de la lógica y es que los cenotes eran la principal fuente de agua para el consumo de los pueblos mayas.
Con la aparición de los pozos, la costumbre de beber agua de pozo se fue perdiendo y el dicho de "Quien toma agua de cenote se queda en Yucatán" se fue deformando hasta llegas a nuestros días.
A pesar de que para los mayas el agua de cenote era vital, en los últimos años se han presentado varios contaminados con residuos de bloqueadores solares y heces fecales, como el caso del cenote Xlacah en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún.
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AA