Después de casi una semana padeciendo por el Frente Frío No. 28, en la que las temperaturas llegaron hasta los 13 grados Celsius con lluvias intermitentes durante todo el día, prestadores de servicios y vendedores ambulantes se disputaron ayer la atención de los turistas.
Ante ello, los visitantes aseguran que son interceptados por más de un comerciante cada dos pasos, y aunque señalaron que los progreseños son amables y para nada groseros, dijeron que les resulta incómodo ser interrumpidos constantemente durante sus paseos.
Por su parte, los comerciantes argumentaron que lo hacen para intentar recuperar algo de capital, que se fue en picada hasta un 80 por ciento por las inclemencias meteorológicas.
Durante la última semana, más del 50 por ciento de los comercios del Malecón Tradicional de Progreso cerraron sus puertas por poca presencia de turistas. De igual manera, prestadores de servicios como palaperos, meseros y vendedores ambulantes tuvieron que retirarse de la zona por algunos días.
A raíz de ello, desde las primeras horas de la mañana de ayer, con el retorno de más de dos mil turistas al Malecón, los comerciantes aprovecharon para acercarse y ofrecerles sus productos y servicios.
“Toda una semana estuvo muy mal el clima, había frío y no paraba de llover. Esto fue un revés para nosotros que apenas nos estábamos recuperando. Muchos de los lugares cerraron y los que quedaron abiertos tenían muy poca gente. Hay que decir que nosotros vivimos prácticamente de las propinas que obtenemos y algunos de pura comisión. Entonces, si no hay gente, nosotros simplemente no ganamos; con todo esto que trajo el Frente Frío le calculo que habrán disminuido fácilmente un 80 por ciento las ventas”, dijo Manuel Canto.
Por otro lado, los turistas recalcaron que están contentos con el servicio que reciben, pero que resulta abrumador y, en ocasiones, molesto, la insistencia de algunos comerciantes por mover su mercancía. Viajeros aseveran que a cada movimiento que hacen hay alguien ofreciéndoles algo.
Incluso, señalan, muchas veces comer en las palapas o recostarse en la arena no resulta agradable bajo esas condiciones, pues cada dos minutos se les interrumpe.
“Muy amables”
“Debo admitir que los yucatecos son muy amables y serviciales, pero a veces es fastidioso que estén molestando a cada rato. Venimos a relajarnos y a pasar un rato de desestrés y, cuando no sentamos a comer en las palmeras o en los camastros, siempre viene alguien a interrumpirnos. En Mérida pasa lo mismo, si comemos en el mercado nos tocan el hombro sólo para ofrecernos algo. Repito y claro, nunca son irrespetuosos, pero sí incomodan bastante, sobre todo si vienen dos o tres al mismo tiempo y hablan a la misma vez”, dijo Galia Méndez, oriunda de Salamanca, España.
Por su parte, los vendedores ambulantes y prestadores de servicios señalan que no es su intención causar molestia a los bañistas, pero insisten en que sólo están buscando aprovechar la afluencia de estos para mejorar sus ventas y llevar el sustento a sus hogares.
“Nunca ha sido la intención molestar, al contrario, nos emocionamos cuando vienen los turistas porque significa ventas para nosotros y sustento para nuestras esposas e hijos. En estos días de mal clima nos la pasamos mal e incluyo a todos los compañeros que nos dedicamos a esto, porque en casi todas las veces la comida de la casa dependen de lo que podamos vender durante el día.” dijo Carlos Dzul.
El pronóstico del clima para este domingo, con probabilidad de lluvia, tiene preocupado a los progreseños del Malecón, quienes esperan que pronto acaben las inclemencias meteorológicas.
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JG