Florentino Castillo Alonzo, originario de Tekit, Yucatán, falleció a sus 90 años, siendo conocido como el 'último descendiente de los mayas' por ser curandero de picadura de serpientes venenosas.
El hombre curó a muchos que habían sufrido el ataque de una víbora ponzoñosa durante la época de oro, tiempo en el que no existía cura.
Florentino, reconocido en el pueblo como Don Chulin junto con San Jorge, mejor conocido como el 'santo de las culebras', aprendió todo lo que sabe de su padre, ya que utilizaba hierbas medicinales y raíces como base para el medicamento, las cuales freía con orina, resultado efectivo. En su época tenía el costo de 150 pesos hasta dejar bien y curado al paciente de la picadura de serpientes venenosas como 'Wolpoch' y Cascabel.
Las picaduras de estos reptiles eran comunes hace años atrás, debido a que los trabajos del campo eran más desarrollados en el Estado, siendo propensos a sufrir estos ataques, por lo que era opción asistir con un curandero cuando surgía un caso de estos.
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Don Chulin fue el último descendiente curandero de picaduras de reptiles en el Estado.
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