Tras hacerse públicos los sucesos de la semana pasada, donde al menos tres caballos que jalan calesas se desvanecieron en distintos puntos de la ciudad de Izamal, Carlos Alejandro Mex Itzá, Director de Turismo, indicó que las calles de la ciudad están hechas con concreto estampado y, por ello, tienden a ser resbalosas para los equinos.
En la localidad no hay algún movimiento animalista que promueva las calesas eléctricas. Sin embargo, algunos ciudadanos se mantienen firmes en decir que este trabajo no sería el mismo sin los caballos, mientras que algunos opinan lo contrario.
Por su parte, el funcionario externó que el Ayuntamiento no está contra de las calesas, debido a que saben los cuidados que le brindan los conductores de los coches Victoria a los caballos.
Según estos, cuentan con dos animales que van rotando durante el día para que los equinos tengan periodos de descanso; algunos de ellos pueden tener hasta tres.
“Entendemos perfectamente que no son únicamente un atractivo turístico, sino que son fuentes de sustento familiar para muchos izamaleños, que en muchos casos han ido de generación en generación y que ha permitido mejorar la calidad de vida de quienes dependen de ello”, externó.
En cuanto al cuidado de la salud de estos animales, indicó que actualmente la Dirección de Turismo es la que se encarga de la vigilancia de las condiciones de trabajo de los caballos, pero el funcionario no indicó de qué forma.
Sobre la acusación que Harry Rodríguez Botello Fierro, diputado del PVEM, hizo sobre Ayuntamiento debido a que le compete investigar el caso de los caballos de calesas desplomados durante su labor, dijo que se le da seguimiento a cualquier incidente, pero no indicó cuántos son atendidos por un veterinario tras las caídas y si se encuentran estables de salud para seguir con su labor.
No obstante, agregó que se está trabajando de manera coordinada con la directiva para establecer lineamientos más estrictos de vigilancia y seguimiento a la condición de salud de los equinos que desempeñan esta actividad.
Asimismo, enfatizó que las calles del Centro Histórico de la ciudad son de concreto estampado y por ello tienden a ser resbalosas cuando se mojan y los caballos que jalan las calesas no están exentos de algún resbalón, misma situación puede presentarse con motocicletas o autos. La localidad alberga a 20 caleseros, con entre uno o dos coches.
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CC