Dos mil hombres de mar de Progreso retornaron a sus actividades después que el Frente Frío No. 35 les impidió salir desde la mitad de la semana pasada, a causa del cierre de puertos que la Capitanía Regional ordenó para evitar catástrofes por las ráfagas de viento en las lanchas ribereñas.
Los pescadores aseguraron que el mal tiempo, aunado a los tiempos de veda, hicieron sucumbir la economía del sector, mismo que actualmente se refugia en especies como la rubia y la sardina para poder sobrevivir y sacar el sustento diario.
Parte de lo que ilusiona a la flota del embarcadero “La Caleta” es el inicio de la pesca de mero, misma que se encuentra a sólo una quincena.
Sin embargo, esto será sólo para reparar embarcaciones, pues debido a que se pronosticó otro sistema frontal para los siguientes días, el 90 por ciento de la flota comenzará a zarpar de nuevo por ejemplares hasta que comience la época de mero.
“A veces ni conviene embarcarse, se arriesga mucho en lo que se apuesta y se gana poco cuando se trata de especies alternativas. El combustible, en el que se invierten hasta 2 mil pesos, ocasiona que el pescador no trabaje para él y lo haga sólo para beneficio del dueño; es complicado zarpar en estos tiempos”, expresó José Armando Quiñones, alias Xufi.
El pescador, de 62 años de edad, que se ha embarcado desde los 18 años, declaró que cada año las ganancias para el sector pesquero son menores si se trata de la práctica ribereña, pues a diferencia de los barcos del Puerto de Abrigo no se consideran pagos como los anticipos por arriba de los mil pesos o producto para consumo propio.
“Ahorita el pescador viene a hacer ‘chambas’ por 200 ó 250 pesos al día, se refuerzan las lanchas para que cuando venga la temporada del mero esté en condiciones seguras cada navío”, agregó el entrevistado, y añadió que además de su labor como pescador, pertenece a los veladores con credencial del lugar, logrando hasta un pago de 100 pesos por cada lancha que le toca cuidar.
Varios pescadores de “La Caleta” también aseguraron que el mal tiempo, sumado a la época de veda, ha dado al traste con la economía del sector, mismo que a duras penas saca para sobrevivir.
“Estos dos meses han sido de desquicio total, he visto a compañeros que por falta de recursos hasta se dedican a labores callejeras, sobre todo los jóvenes que no saben algún otro oficio como la carpintería o albañilería que es lo más común; en nuestra flota tenemos a un muchacho que vino de Tabasco en la época de pulpo desde Sabancuy, ahorita se quedó sin trabajo y labora cantando en el Malecón”, expresó Fernando Cauich.
En temporada de mero se asegura que el salario por viaje hasta de 12 horas es de mil pesos para los tríos que zarpan en las lanchas. Aunque, al igual que en el caso de los barcos de mayores dimensiones, es el pulpo la especie más codiciada, pues en el primer mes se consiguen hasta 3 mil pesos para cada hombre de mar.
La misma situación, en estos momentos, se observa en otros puertos, como es el caso de Chelem, Chuburná y Chicxulub, porque las flotas de lanchas permanecen en la costa esperando poder zarpar cuando lo autoricen las autoridades marítimas y militares del Estado.
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CC