Insostenible se ha vuelto la venta de pescado frito, el costo del producto aumentó su valor en un 100 por ciento, debido al precio del aceite comestible, el gas, entre otros servicios, que imposibilita la venta al público al mismo costo que en años anteriores, reveló Demetrio Ravell Pat, dueño de la única pescadería en Tizimín.
El aumento en el precio de las escamas impactó gravemente a las personas establecidas dedicadas a la venta de pescado frito, pues la mayoría del producto se está exportando, lo que ha encarecido el valor también a nivel local.
El entrevistado señaló que se ven obligados a pagar el mismo precio o en caso contrario, pues no lo venden, en este año el precio del pescado aumentó en más del 100 por ciento, por ejemplo, citó que el boquinete que en años anteriores se adquiría en 80 pesos el kilogramo, ahora el costo es de 230 pesos por kilogramo.
Los problemas económicos que ha estado acarreando la pandemia, impacta fuertemente en uno de los productos que en años anteriores se consumía entre la población, pues se ha vuelto un platillo de lujo, el pescado, debido al aumento en el precio en que lo adquieren los comerciantes directamente de los pescadores.
Aclaró que no todas las especies, pero la mayoría aumentó considerablemente el valor a raíz de la escasez, los constantes temporales y las vedas, así como también al ser exportados aumenta; ellos como comerciantes se ven obligados a comprar al mismo precio, lo que está originando una baja en las ventas ya que no pueden aumentar de manera desconsiderada los precios al público, de lo contrario la gente no podría adquirirlo, “aunque yo quiera venderlo barato no me es posible”, puntualizó Ravell Pat.
Por ejemplo cuando compramos al pescador el boquinete grande, cuesta de 220 a 230 pesos por kilogramo ¿a cómo lo voy a vender? Y cuando se fríe un kilo, merma a 700 gramos ¿a como lo vamos a vender?, cuestionó.
Señaló que este año se desproporcionaron los precios de las diferentes especies de escama, lo que sí se puede manejar aquí, lo estamos procurando, no somos una pescadería que aparece y desaparece, tenemos clientes y hay que tratar de sostenerlo ahora no es tratar de ganar un peso, sino de mantener la clientela con el producto y esperar que pase la Cuaresma a ver qué pasa.
“Los que abrieron sus pescaderías cierran, los pescadores ya no nos pueden vender. Ahora los pescadores prefieren venderles a los que no pagan impuestos, los que no tienen problemas, llegan a la orilla pagan y se van, llegan en sus pescaderías tampoco tienen problemas para mantener la calidad de sus productos, venden y se llevan las ganancias”.
Al continuar explicó que mantener la calidad del producto también tienen su costo citando como ejemplo que la marqueta de hielo es de 180 pesos, pero durante el manejo llega a 200, “las neveras que tenemos no son congeladoras se manejan con hielo”.
Lo que completamente no hay es el mero ya que está en veda, pero se podía conseguir en Progreso, lo que está en las congeladoras lo cual venden y facturan para comercializarlo de manera legal, entre las especies que se están comercializando hay al menos 15 entre ellas: mojarra, corvina, jurel, ronco, lizetas, coronado entre otras, reveló.
Otro de los productos que también está afectando esta actividad comercial es el aumento del aceite comestible, el galón tienen un costo de 800 pesos, el gas butano ahora se cotiza en 14.70 el litro señaló el empresario de la pescadería “El Mar”, al finalizar agregó que al ser un establecimiento no le pueden aumentar mucho el valor del producto al consumidor, “si fuéramos una pescadería informal le subimos el precio y se gana, pero mantener la calidad del producto cuesta y los clientes se llevan el mejor producto, tenemos control en la planta y en la pescadería”, finalizó.
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CC