La invasión de más de 300 viviendas en la Ciénaga de Chicxulub ha puesto en peligro el arribo de por lo menos 10 mil especies que han comenzado a asentarse en esta zona para llevar a cabo su periodo de reproducción tras emigrar del norte del continente.
En palabras del especialista en Biología y veterinario progreseño, Diego Herbert Novelo Borges, dicho ciclo se vería afectado por medio de la contaminación ambiental que despiden estos hogares a causa de sus residuos y aguas negras de sus sistemas improvisados de tubería.
Por su parte, los habitantes de esta área del municipio han hecho caso omiso a las advertencias de instancias como Protección Civil Estatal o la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), quienes desde hace medio año no realizan una inspección del lugar, mismo que ha presentado en las últimas semanas arribo de material para construcción de otros cimientos ilegales.
“Es precisamente en Primavera cuando hay una entrada gradual de varias aves, es un fenómeno migratorio que se origina desde el territorio de Florida hasta la Península, así como también a Estados como Quintana Roo”, expresó el experto en temas de esta índole.
Parte de lo que se asegura, origina la llegada de las aves, son los nutrientes que encuentran en la ciénaga, mismos que en caso de no ser encontrados por las especies implicarían su retirada del área.
“Les afecta mucho encontrarse con edificaciones dentro de su hábitat, les afecta mucho el exceso de luz por ejemplo, basura o aguas negras que encuentran a su paso. Esto daría como resultado que el paso migratorio cambie y las especies que vemos al transitar en carretera, dejemos de verlas, persiste un peligro por este crecimiento de zona de invasión que condena a un desequilibrio ecológico, no sólo para aves, sino para cualquier ser vivo que habite en la ciénaga”, agregó Novelo Borges.
Los avistamientos, actualmente ofrecen en este lugar ubicado en el Oriente del municipio, parvadas completas de flamencos compartiendo el asentamiento en medio de las aguas de color nauseabundo y las casas de cartón que poco a poco han ganado territorio desde sus primeras edificaciones hechas en el último trimestre del 2018.
“Se necesita hacer conciencia sobre este lugar, Yucatán es parte de riquezas naturales como estas y si no ponemos atención podríamos perderlas a causa de la mancha urbana en cualquier zona”, concluyó el especialista.
Espectaculares y aparadores con avisos sobre el delito que incurre el invadir las aguas naturales y también informando sobre el peligro para los mismos pobladores, ahora se vislumbran con daños hechos por las familias que ya fueron notificadas en el último cuatrimestre del 2021.
En base a autoridades federales como Profepa o Semarnat, el daño a estas áreas representa un delito federal que se castiga con una pena de dos a 10 años de prisión, y por el equivalente a 300 ó 13 mil días de multa; misma observación recae a través del Reglamento Municipal de Ecología en su artículo 23, capitulo “séptimo “Evolución del impacto ambiental”.
De esta manera, aves como halcones, flamingos, garzas, águilas y hasta algunas reservas de ejemplares del pato silvestre que utiliza el área como parte de su travesía para guardarse del frío de Canadá y Estados Unidos en épocas de Invierno, podrían dejar de ser vistas en un lapso incluso menor a cinco años, en caso de que la mancha urbana siga extendiéndose.
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CC