Mientras la Capitanía de Progreso mantiene el operativo de búsqueda de la embarcación “Aarón 1”, hay elementos contradictorios sobre el número de personas que tripulaban nave y la presunta legalidad de la embarcación, que zarpó aquella madrugada del miércoles 13 de abril.
Partió supuestamente con rumbo a Isla Pérez para capturar mero, pero otra versión apunta a que iba a la pesca de caracol, actividad prohibida. Además, los tripulantes no eran yucatecos, sino de Isla Aguada, Campeche.
De acuerdo con el Capitán de Puerto Miguel Ángel Martínez Hernández, nadie ha presentado alguna queja por desaparición de la embarcación: alijo y motor, que en suma deberían de costar más de 150 mil pesos.
Solamente una persona, José Roberto Chan Ávila, se acercó a la capitanía para pedir que averigüe la desaparición de un familiar que estaba en la embarcación.
Y a partir de ese momento se inició la búsqueda sin resultados hasta ahora: 14 días. Lo que sigue vigente es un aviso para que cualquier embarcación que circule por la zona reporte si encuentra alguna evidencia de la pequeña nave.
Otro de los misterios que envuelve este caso es que tampoco se sabe quién es el verdadero dueño de la embarcación. POR ESTO! acudió a Chicxulub y recogió varias versiones.
El Moncho, un antiguo pescador de ese puerto, señaló que los desaparecidos son cuatro, todos ellos eran de Isla Aguada, Campeche.
Otro pescador, Miguel, dedicado a reparar embarcaciones, dijo que fueron tres los que zarparon aquel miércoles 13, a las 5 de la madrugada. Para la Capitanía de Puerto los que viajaban fueron únicamente dos.
El Moncho comentó que como son de Isla Aguada nadie en el pueblo ha llorado por los desaparecidos y que no partieron para pescar mero, sino para capturar caracol, que está penado por leyes federales.
No se encontró nada
Como pescador, El Moncho dijo que es extraño que la naval y los que participaron en la búsqueda más intensa de los primeros días no haya encontrado algún elemento que flote.
Todo pescador sabe que los alimentos y los instrumentos de viaje se guardan en cubetas selladas de 20 litros para darle espacio al aire y puedan flotar, de modo que en caso de naufragio puedan asirse de ellos, salvarse y alimentarse.
La colchoneta que toda embarcación lleva tardaría en hundirse. Pero lo extraño, dice, es que no hay nada y lo más probable es que lo hayan hundido de manera deliberada.
Las embarcaciones ribereñas suelen usarse para la pesca ilegal de caracol y hasta el acopio de droga. Según El Moncho, la embarcación no estaba registrada porque se dedicaba a algo ilegal que en el puerto todos saben, pero que nadie dice.
“Te voy a dar un norte, José Betancourt, alias La Chepa, tiene 16 lanchas que manda a Ia isla para capturar caracol”, dijo.
Aquí en Chicxulub pasan cosas que pocos dicen, añadió. En noviembre del año pasado, un domingo a las 11 de la mañana se oyeron cuatro detonaciones de arma de fuego. Mataron al dueño del “Viejo Bar”, fueron sicarios que vinieron de Cancún, él huyó porque no quiso pagar derecho de piso y hasta aquí lo buscaron para matarlo.
Los que cometieron el crimen fueron detenidos casi al salir del Estado, entre ellos estaba una mujer, quien fue la que accionó el arma de fuego.
Cocinar pepino de mar también ha sido una actividad frecuente en esta zona de Progreso y en general en toda la costa yucateca. La gente se hizo de dinero, compró casas y automóviles, dice El Moncho.
El robo
Miguel, pescador y reparador de embarcaciones, comentó que los dos que desaparecieron en el “Aarón 1”, simplemente robaron la nave porque eso nadie los encuentra. El motor y la embarcación ya deben de estar vendidos y con dinero en el bolsillo, por lo menos 100 mil pesos, 50 cuesta el motor y otro tanto la embarcación.
POR ESTO! buscó al Comisario Municipal, Miguel Canul Durán, pero él no trabaja en las mañanas, sino hasta la tarde, cuando sale de impartir clases en una escuela primaria y los asistentes que trabajan en la oficina aseguraron que sobre los desaparecidos no saben nada.
Se intentó localizar al supuesto propietario Miguel Herrera, pero éste no existe o nadie pudo dar razón de su paradero. Tampoco se pudo localizar a Adrián Mena, a pesar de que se visitó a la familia Mena, quienes viven cerca del centro de la población. Ningún mena se llama Adrián.
En Chicxulub los pescadores viven aparentemente una vida tranquila. Las embarcaciones están en la orilla de la playa porque carecen de un refugio pesquero. Aunque saben de la desaparición de la embarcación son pocos los que se atreven a hablar del tema, colocando más elementos de misterio en este suceso.
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JG